HEALTHY Y DELICIOSO
Alegre, enérgica y siempre con ganas de ayudar desde donde le toca, Leticia, Leti o Lechu −como la conocen sus amigos− dedica gran parte de su tiempo a guiar a las personas hacia una vida saludable. Todo comenzó cuando recibió una sorpresiva noticia respecto a su salud que la obligó a cambiar de hábitos. Entonces decidió contar su experiencia y brindar consejos para el bienestar en general, con Instagram como plataforma, bajo el nombre Healthy Lechu. En estas líneas nos invita a deleitarnos con uno de sus platillos favoritos y a conocerla un poco más.
Arquitecta de profesión y coach de hábitos por pasión, Lechu se define como una persona sencilla, sociable, responsable, dedicada y atenta, cualidades que le permiten sobresalir en todo lo que se propone. Esta joven de 28 años es una entusiasta de la vida sana y balanceada, y nos cuenta que ese interés inició hace tres años, cuando todo lo que comía le empezó a caer mal. Después de someterse a una serie de pruebas médicas, le diagnosticaron intolerancia a la lactosa. Entonces tuvo que adoptar hábitos más sanos que la llevaron a formarse para ser health coach.
Al principio, cuando decidió unirse a la comunidad de Instagram, solo mostraba productos, recetas y datos sobre la intolerancia a la lactosa, pero hoy la usa como una plataforma para ayudar a las personas a mejorar su calidad de vida y la convirtió en un espacio para el bienestar en general, primeramente bajo el nombre Mi vida sin lactosa, para luego adoptar la denominación Healthy Lechu. Allí, ella comparte recetas, consejos, tips de belleza, moda y otros ítems que considera útiles para las personas que desean adoptar un estilo de vida saludable.
Para la creación de su contenido, Lechu se prepara con mucha anticipación. “Leo un montón sobre el tema, veo muchos documentales y entrevistas, escucho podcasts, y sobre todo pongo en práctica lo aprendido para hablar con propiedad y desde la experiencia”, detalla. En cuanto al curso que está tomando, recalca que “un coach es una persona que te lleva de la mano y te guía para que, poco a poco, hagas cambios sostenibles. Esta figura, que podría ser el equivalente a lo que hoy conocemos como ‘entrenador personal’ −pero adaptado al mundo de la nutrición−, le sirve especialmente a esas personas a las que les cuesta alcanzar objetivos por sí solas, léase, adoptar un estilo de vida que les ayude a verse y sentirse mejor consigo mismas y, sobre todo, evitar enfermedades degenerativas en el futuro”.
Lechu también disfruta mantenerse siempre ocupada, compartir con sus amigas, conocer restaurantes y realizar actividades que le permitan aprender nuevas cosas. En cuanto a sus preferencias culinarias, la cocina nikkei ocupa el primer lugar, y si de platos típicos se trata, indudablemente se declina por un vori vori blanco con verduras extra y sopa so’o. Para estas páginas, nos preparó una ensalada de zapallo asado, rúcula y huevos soft, porque “entiendo que mucha gente quiere comer más liviano en los días de mucho calor, sobre todo al mediodía. Así que les comparto una receta que me gusta y mucho. Ensalada sin onda, no es ensalada a mi criterio. Por eso, les traigo una idea magnífica para que con tus veggies hagas magia y comas rico y saludable”, recalca.
Esta creación la encontró originalmente en internet y fue adaptándola a sus gustos. “La original lleva aguacate, pero como es muy difícil encontrarlo en su punto, decidí hacer una versión con huevo”, nos dice. La primera vez que realizó la receta original fue hace poco más de un año, para la cena semanal con las Chiquilove, como llama a sus excompañeras de colegio y amigas de toda la vida con quienes, antes de la pandemia, se reunía una vez a la semana.
Con los meses fue cambiando algunos ingredientes hasta llegar a la versión que hoy nos comparte. ¿Qué se necesita?: 300 gramos de zapallo, cantidad necesaria de atado de rúcula hidropónica, tres huevos caseros, semillas de calabaza y sésamo para decorar, dos cucharadas de mostaza –si es de Dijon, mejor–, dos cucharadas de miel natural, dos cucharadas de aceto balsámico, una taza de aceite de oliva extravirgen, sal marina y pimienta. ¿Un tip? Lechu recomienda el zapallo importado: “Buscá en el supermercado los que vienen cortados a la mitad, así elegís el que tiene un color naranja bien fuerte”.
El proceso de preparación es muy sencillo. Hay que precalentar el horno, lavar el zapallo y cortarlo en rodajas de dos centímetros aproximadamente con la cáscara; colocarlas sobre una bandeja con un toque de aceite de coco y llevar a horno medio durante 40 minutos. Luego, hervir agua y cocinar los huevos por seis minutos para que la yema quede bien soft. Después, lavar la rúcula hidropónica y llevar a la ensaladera para ir armando la presentación. Por último, preparar el aliño y colocar en una salsera; retirar el zapallo del horno, esperar que se enfríe para terminar de armar y, listo, ¡a disfrutar!
“La idea es ir agregando opciones más saludables de a poco, que reemplazarán a los otros alimentos no tan buenos».
Tiene un sabor simple y delicioso. “Esta ensalada de zapallo asado, rúcula y huevos es bastante completa, por eso se puede servir como primer plato para una comida ligera o como acompañante de, por ejemplo, un muslo al horno aliñado con limón”, recalca y nos confiesa que ella prefiere ser la que come y lee libros o páginas de recetas. “Felicidad total la mía, que en mi hogar todos cocinan como los dioses y se come delicioso. Mamá y Mariela –quien trabaja en casa hace años y es nivel Masterchef– se encargan de hacer la mayoría de las preparaciones que comparto en redes y yo degusto y modifico los ingredientes, cantidades y demás”.
Ante nuestra pregunta sobre cómo fue el proceso de cambio a una vida sin lactosa, ella nos confiesa que “al comienzo costó bastante. Llanto, zapateo y todo el show. Hoy es como si nada hubiese pasado. Me acostumbré a ir a ciertos lugares con mi lunch box, preguntar los ingredientes de los platos en los restaurantes, llamar antes de ir para ver si tienen opciones libres de lactosa y así. Lo que sí extraño un montón es la pizza cuatro quesos”.
Así también, desde su experiencia nos comenta que no hay secretos ni atajos para tener un estilo de vida saludable, solo buenos y malos hábitos, con sus respectivas consecuencias. “La idea es ir agregando opciones más saludables de a poco, que reemplazarán a los otros alimentos no tan buenos. Tenés que ser consciente de que si regresás a tus hábitos anteriores, obtendrás los mismos resultados que antes. La idea no es sentirte y verte bien solo para un evento social, sino estar feliz, lleno de energía, fuerza y vitalidad para verte saludable y radiante todo el tiempo; mantener relaciones positivas a tu alrededor y estar en tu peso”, reflexiona.