«LO QUE MÁS ME GUSTA DE SER PAPÁ ES QUE NO ME ABURRO NUNCA»

La cocina es el lugar en donde Bruno Brusquetti despliega todas sus cualidades y sorprende con exquisitos sabores. Para él, ser chef es el mejor ejemplo que puede darle a sus hijos acerca de perseguir sus metas y hacer lo que uno ama con pasión. Benjamín y la pequeña Paula ya se adentran a la guarida de su papá y aprenden con gran admiración alguna que otra receta. En el Día del Padre, este alegre trío nos presenta un platillo que les encanta degustar en familia: pizza napolitana a la parrilla.

Beto Sanabria Britos. Dirección de producción: Bethania Achón.

Se recibió de abogado, pero finalmente no ejerció esa profesión porque en su camino se atravesó su amor por la cocina. Entonces siguió lo que su corazón le indicaba y fue a vivir a Buenos Aires para estudiar Tecnicatura en Gastronomía en el Instituto Argentino de Gastronomía. Cuando volvió al Paraguay, un verdadero amante de las hamburguesas como Bruno Brusquetti no encontró la calidad que buscaba como consumidor. Así fue que decidió hacerlas él mismo e ideó La Burguesa, un emprendimiento familiar que ya cuenta con dos locales. Además, presenta novedosos platos para el programa Sin rumbo, cocina nómada.

 Actualmente, con 36 años Bruno disfruta experimentar en la gastronomía y los primeros degustadores de sus recetas son sus hijos, Benjamín de 5 años, y Paula de 2. Es un padre muy cariñoso y  asegura que la paternidad lo inspira a ser mejor; por eso, con ellos comparte su pasión, les enseña a valorar el trabajo y la honestidad desde el ejemplo.

 Para él no hay rutina en su vida diaria, pues como a todo emprendedor se le presentan diferentes circunstancias con relación al negocio. Pero siempre reserva tiempo para sus hijos: “Todos los días almuerzo con mi familia y juego un rato con los chicos antes de salir a hacer las compras y lo que necesiten para los locales. En las noches trato de ir a pasar un rato con ellos antes de que se acuesten a dormir o me visitan en el trabajo”.

 Bruno nos cuenta que el mejor consejo sobre la paternidad lo recibió de su padre, Francisco Brusquetti Pérez, y afirma que siempre lo lleva muy en cuenta: “A veces hay que aprender a decir no, aunque sea mucho más fácil decir que sí”. En cuanto a recetas, heredó de él una muy particular: riñoncitos a la plancha en cocina a leña.

 Lo que más disfruta de ser padre es “¡que no me aburro nunca! Mis hijos son superocurrentes y divertidos; Benja es muy cariñoso y Paula no se queda quieta, es hiperactiva. Siempre la paso tan bien con ellos”, expresa. Así, este papá y sus chicos llevan la diversión a cualquier lugar. Les gusta mucho salir de paseo, ya sea al parque, al shopping, a merendar algo o a visitar a los abuelos; y convertir la casa en un cine es lo que más les divierte. Pero el lugar en donde pueden experimentar nuevas cosas y hacer algunas travesuras es en la cocina.

 Para nuestra visita a su hogar nos prepararon una comida muy solicitada por todos en la familia: pizza napolitana a la parrilla. La receta original la aprendió gracias a su amigo y colega Bruno Peroni, en un curso de cocina que sin notarlo fue el comienzo de su carrera gastronómica. Desde que la preparó allá por el 2008, su padre y sus hijos quedaron fascinados y cada tanto los agasaja con esta exquisita ocurrencia. Bruno comenta que tuvo que practicar bastante para lograr hacerla como lo deseaba. “Fue uno de los primeros platos que aprendí, mi caballito de batalla. Con esta pizza conquisté a mi esposa en su momento y el ritual de preparación nos permite pasar un buen rato en familia”, dice.

CON ESTA PIZZA CONQUISTÉ A MI ESPOSA EN SU MOMENTO Y EL RITUAL DE PREPARACIÓN NOS PERMITE PASAR UN BUEN RATO EN FAMILIA

 Bruno nos afirma que aunque la pizza napolitana de fermentación lenta esté muy de moda en este momento, su versión más sencilla y a la parrilla le gusta más pues está pensada para sacar a uno de cualquier apuro y nos confiesa que es la base crocante lo que le fascinó. ¿Qué se necesita para esta receta? Nada fuera de lo común: para la masa que rinde seis pizzas grandes, un kilogramo de harina tipo 0000, 600 ml de agua natural, 10 gramos de levadura seca o 30 gramos de levadura fresca, 20 gramos de sal y, finalmente, dos cucharadas de aceite de oliva. Para la salsa, 400 gramos de tomate perita en lata, dos cucharadas de aceite de oliva, una cucharada de azúcar, sal y pimienta y dos kilos de queso mozzarella.

 Y mientras Bruno prepara la parrilla, no puede evitar recordar una divertida anécdota. “Cuando tenía unos 12 años, una vez mi papá estaba haciendo un asado y se encendió el recipiente de la grasa. Sin preguntar le tiré un vaso de agua y se levantó un hongo de fuego que manchó hasta el techo del quincho. La carne tuvimos que lavarla antes de seguir cocinando”, rememora entre risas.

 Volviendo a la receta: ¿Cómo se prepara? El proceso, nos confiesa Bruno, es bastante sencillo, tanto que Benjamín y Paula ya lo están aprendiendo. Primero se disuelve la levadura en el agua y en un bol se mezclan la harina y la sal. Se unen ambas preparaciones y una vez formado el amasijose incorpora el aceite de oliva, y se amasa unos minutos hasta sentirla lisa y homogénea. Luego se tapa y se deja leudar hasta que duplique su tamaño. Después se hace el bollado y se deja reposar nuevamente 20 minutos. Cuando está lista se estira bien fina la masa, unos cuatro milímetros con un rodillo de cocina, y se coloca sobre la parrilla a fuego alto. Una vez que empiezan a formarse burbujas de aire, se voltea con cuidado y se pinta con salsa. Luego, se agrega el queso con los toppings elegidos. Para terminar, se tapa con una placa hasta que se funda el queso.

 Masa fina y base crocante, con sabores equilibrados; salsa y queso justos. Así describe Bruno esta exquisitez tan solicitada por los suyos. Una deliciosa excusa para disfrutar de la familia, de las charlas y las risas mientras la preparación se lleva a cabo, porque esta lo permite. Cuando le preguntamos qué otra receta le piden sus hijos, nos dice sin dudar: “Les encantan mis hamburguesas y volcanes de dulce de leche”.

 Sus planes para el Día del Padre consisten en preparar para su papá y toda la familia lo que más le gusta cocinar: asado. Su madre lo ayudará con las guarniciones para acompañar el plato, así como también el infaltable postre. Debido a la pandemia, la mesa se verá menos poblada, pero igual estará colmada de alegría en una fecha tan significativa.