El ingenio, la entrega y la creatividad para producir y afrontar los distintos desafíos siempre fueron parte de ellos. Hoy, es esa misma esencia la que mueve a un grupo de trabajadores del rubro de la producción de eventos para crear Hacemos EventosPy, una iniciativa que nace con el ideal de aportar un granito de arena en la ayuda a aquellas personas que conforman su cadena de valor y que, a causa del aislamiento por el covid-19, se encuentran sin la posibilidad de realizar sus actividades laborales.
La realidad es palpable no solo en nuestras páginas o en Paraguay, sino en todo el mundo. Es que la cuarentena afectó de manera inmediata al sector de eventos, cancelando bodas, cumpleaños, conciertos y más, y dejó sin trabajo a mozos, utileros, ayudantes, artistas, electricistas y un sinfín de jornaleros quienes, tras bambalinas, ayudaban a cumplir la fiesta soñada. Teniendo muy presente esto y sin intenciones de quedarse con los brazos cruzados, el pasado 17 de marzo productoras locales se unieron a esta lucha y realizaron una propuesta a la que denominaron Kit de Esperanza, que se basa en combos de alimentos básicos para sostener por 15 días a una familia de cuatro personas. Todo esto, realizado de una manera organizada.
«Lo primero fue conocer la cantidad de familias que dependen de manera directa e indirecta de esta industria a través de un censo. Así, obtuvimos una base de datos con más de 500 personas. Lo segundo fue ayudarlas cubriendo la necesidad más básica de todas, que es la alimentación», nos cuenta Maika Rasmussen, quien impulsa esta iniciativa junto con Désireé Grillon, Ale Maluff, Paloma Morínigo, Cintia Costa, Patricia Cardozo, Viviana Vallejos, Caro Castillo y Taty Eylerts desde un primer momento. Para la cadena de actividades que se fueron desarrollando desde entonces, se unieron Ivonne Plate, Nina Troche y muchísimos otros nombres.
El Kit de Esperanza representa uno de los proyectos primordiales del movimiento, y en su primera edición se logró obtener la suma de G. 49.500.000, lo que equivale a un total de 330 combos y que cubrió a todas las familias que fueron censadas al comienzo. En la siguiente oportunidad alcanzaron 350 kits, que fueron entregados el pasado 22 de abril. El objetivo es llevar a cabo estas entregas cada 20 días hasta agosto.
El Kit de Esperanza representa uno de los proyectos primordiales del movimiento, y en su primera edición se logró obtener un total de 330 combos y que cubrió a todas las familias que fueron censadas al comienzo.
Las cualidades de los trabajadores del rubro garantizan que Hacemos EventosPy cumpla con sus ideales. Teniendo en cuenta que todo suma, en compañía de los proveedores brindaron apoyo también al personal de blanco, con montajes de carpas en el Hospital de Barrio Obrero y colaboraron con 100 litros de lavandina y alcohol. «Cuando comenzamos con las ideas, una cosa llevó a la otra y terminaron trabajando médicos y herreros, quienes en conjunto también desarrollaron un prototipo de camas especiales para hospitales. Se ha logrado conseguir fondos y materiales para fabricarlas», añade Maika.
Acostumbrados a estar siempre al límite y con la urgencia de ayudar en la brevedad, la actividad de juntar los aportes en el menor tiempo posible se puso en marcha sin dar vueltas. Se mantuvieron responsables y tomaron las medidas necesarias de cuidados; organizaron a los integrantes en equipos, para evitar aglomeraciones que los expongan; dividieron las tareas, como juntar abrigos y juguetes, realizar el censo, contactar, recolectar víveres y más.
Así como se hicieron realidad, las ideas de la iniciativa también fueron evolucionando con el paso del tiempo gracias a todas las personas que aportaron de una manera u otra. Se destaca la participación entusiasta de los más jóvenes, quienes se prendieron a todas las acciones y motivaron a sus amigos y familiares a ser parte de esta causa.
Los proyectos continúan. Aparte del Kit de Esperanza, surgieron más ideas, como el pedido de acetato para máscaras faciales, con el que voluntarios realizaron casi 2.000 cortes, que se destinarán al personal de blanco. También montaron muebles en 10 sucursales de Biggies, donde se pueden dejar alimentos no perecederos o retirarlos si lo necesitan.
Otra de las acciones está basada en el desarrollo de productos para vender, utilizando todo lo recaudado para la financiación de los kits. Estos proyectos fueron llamados: Cruces Felices, en el que cinco artistas intervienen cruces de madera; Estampas que Alimentan, que consiste en estampar delantales, dejando que las personas elijan sus diseños para luego mandarlos a sus hogares; y, finalmente, Lavamanos que Alimentan, de lavamanos portátiles.
Hacemos EventosPy alienta a celebrar las ideas de toda la comunidad y a ayudar para que sucedan. Siguen con esta labor y entienden que el rubro de los eventos tendrá como desafío crear nuevos espacios de entretenimiento y reactivar las fuentes de trabajo que quedaron cesantes. «Todos, de una u otra manera, tenemos que volver a reinventarnos. Ahora es momento de juntar fuerzas, crear visibilidad para inspirar y contagiar a otros para seguir ayudando”, finaliza.