REMINISCENCIA COMO ESTILO

Más allá de su relación de madre e hijo, a Margarita Díaz de Espada y Paolo Defelippe los une una creatividad indiscutible. Charlamos con ellos acerca de Second, su nuevo proyecto en conjunto, que surge de la admiración que siente él por la forma en que su mamá viste a la moda. Ambos nos relatan los pormenores de este emprendimiento, la pasión que comparten por un estilo que transciende el tiempo y los instantes de complicidad vividos en el proceso.

Fotos: Ismael Prado. Dirección de producción: Bethania Achón.

Todo creador tiene a su musa. De pequeño, Paolo Defelippe se vio encantado por el estilismo de su madre, Margarita Díaz de Espada. Desde el inicio, el vínculo entre ellos estuvo muy ligado a lo inventivo, pues a él le encantaba compartir con ella sus construcciones de Lego, enseñarle sus dibujos o simplemente verla esbozando planos y decorando la casa. En esos momentos los dos se conectaban verdaderamente. Ella era arquitecta y él heredó su ingenio. 

 “En el colegio, Paolo fue admirado por su talento artístico. Le gustaba pintar y participar en el desarrollo de indumentaria de las obras de teatro. Su atracción hacia la estética, los espacios y los colores fue innato. Pensé que estudiaría Arquitectura, como yo, pero tomó su propio camino”, cuenta Margarita. Y aunque no lo sabía, su hijo la observaba, absorbía conocimiento y se inspiraba a través de ella.

 Tal fue la influencia de su figura materna, que Paolo desde muy joven se encaminó hacia la que sería su profesión. Cuando le preguntamos de qué manera su madre lo estimuló a escoger la moda como carrera, él no dudó en responder: “Mi elección no fue necesariamente consciente, creo que era el lugar donde encontraba todo lo que me gustaba. Sin dudas, mi mayor inspiración fue mi mamá, siempre la acompañaba a sus obras o la veía organizar eventos en casa, ya sean bodas de familiares o eventos de su empresa. Me encantaba ver cómo todo eso tomaba forma”, recuerda.

 Por su parte, Margarita nos confiesa cómo fue descubrir que ella era una inspiración para alguien más: “Fue muy lindo saber eso. Creo que los hijos, muchas veces, tienen a los padres como ejemplo en distintas formas. Me gustó la idea de causar un impacto positivo en él, también inculcarle honestidad, que debe luchar por sus ideales con libertad y respeto, y desarrollar resiliencia en la vida para ser feliz”.

 Fue así que, sin muchos rodeos, Paolo se metió de lleno al rubro de la moda y su madre, como siempre, lo apoyó incondicionalmente. Sus comienzos se dieron en 2003, cuando aún estaba en el colegio, como pasante en el primer Asunción Fashion Week celebrado en nuestro país. Allí conoció al diseñador Carlos Burró, quien fue su mentor y le enseñó todo lo que sucedía tras bambalinas en el mundo de la moda. Al poco tiempo, Margarita le presentó a una amiga suya de la infancia, que trabajaba en el São Paulo Fashion Week. Él no dudó en armar sus maletas y emprender vuelo. Esa experiencia le dio otra perspectiva del rubro y una determinación imparable de seguir haciendo crecer la industria nacional.

 “Si bien mi pasión por la moda está relacionada con la vestimenta como el epicentro, es el todo que engloba el rubro lo que me apasiona. Cuando trabajo con diseñadores o marcas, transmitir su concepto a través de una imagen o un desfile me es muy emocionante, así como también dirigir un evento que potencie el talento local. Ahí está mi amor por esto”, afirma Paolo, quien actualmente cuenta con 17 años de experiencia y se ha posicionado como productor general al frente del AFW y como director creativo de la agencia EMG Group, dejando en claro su capacidad y profesionalismo en la producción de eventos de alta envergadura.

 Ya que toma cada oportunidad como proceso creativo, a Paolo se le presentó una visión bastante interesante. Con motivo de la boda de su hermano Bruno, vino de visita su hermana Victoria desde Holanda. Ella, con nostalgia, comenzó a revisar el guardarropa de su mamá, pero la urgencia de la pandemia la interrumpió, tuvo que viajar rápidamente de vuelta antes del cierre de los aeropuertos y dejó las prendas fuera del armario, al descubierto. Ver esto despertó una gran curiosidad en Paolo. Observó cosas muy interesantes y, al compartirlas con sus amigas, notó un gran interés por lo vintage. Así, en su mente comenzó a gestarse una idea. 

 Aunque Paolo y Margarita ya hablaron anteriormente de poner a la venta esas piezas, esta vez la intención se convirtió en proyecto. Lo llamaron Second, por el deseo de darle una segunda vida a la ropa que ya tuvo su historia y que es relanzada al mundo para que sea apreciada nuevamente. Armaron una colección sacada directamente del clóset del own personal fashion icon de Paolo: su mamá, Margarita. Pues, si había algo más que él admiraba de ella, era la manera en la que interpretaba la moda como una forma de expresión propia, con la que creaba looks versátiles y coloridos que asombraban a todos.

 Paolo y Margarita tomaron cada paso de este emprendimiento en conjunto y no dejaron de disfrutar de los momentos de complicidad. El primer paso fue la selección de prendas de distintas épocas, atemporales e inequívocamente clásicas que solía lucir ella. Metidos en el armario, fueron encontrando lo que buscaban y a la par rememoraban anécdotas entre charlas y risas. “La verdad, fueron muchas las memorias que se cruzaron por mi mente porque se usaron en ocasiones especiales; algunas aún las conservo y las visto, como mis sacos corte safari, mi blazer de invierno y también ese otro que dije que nunca me pondría, color amarillo vibrante, que aún me gusta”, relata Margarita. Paolo expresa: “Me recordaron a lindos instantes de mi infancia, inviernos en los que veía a mi mamá con un tapado o una falda en eventos familiares y viajes”.

 Luego de la selección, las prendas fueron reversionadas delicadamente con un giro moderno por el propio Paolo. Ese twist se dio con algunas variaciones de silueta, reducción o eliminación de las hombreras, así como cambios en los botones, cierres o apliques para hacerlas más actuales sin perder el estilo que las caracteriza. Todo luce impecable debido a la meticulosa forma en la que fueron guardadas con cariño por Margarita. “Yo atesoré muchas prendas porque pensaba que quizás me las volvería a poner; me gustaron mucho cuando las compré y las usé con gusto en su momento, pero después no las volví a ver. Mi hija se llevaba cosas vintage y las vestía, Paolo me las pedía prestadas para sus producciones, porque la moda siempre vuelve”, asegura ella.  Tras rememorar viejos recuerdos y crear otros nuevos en el desarrollo del emprendimiento, madre e hijo anunciaron a Second luego de una sesión de fotos de la cual participaron la diseñadora Ofelia Aquino, la emprendedora Mica Fiegelist y la fotógrafa Nath Planás, mujeres que también inspiran día a día a Paolo. Con la premisa de que cada prenda es única ‒–porque así es–, las ingresaron todas a la plataforma de e-commerce El Mercado, tienda virtual ideada para marcas nacionales de todos los rubros. “Fue muy divertido trabajar con mi hijo. Yo simplemente le seguí la corriente porque él arma los proyectos con gran creatividad, algo que siempre me maravilló. Aunque algunas veces no me crea, yo lo admiro tanto como él a mí”, finaliza Margarita.