LOVE STORY

El amor no tiene fronteras, no conoce límites ni nacionalidades. Como la historia de Kristian Brink Hernández y Verónica Franco López Moreira. Él español-danés; ella, paraguaya, se conocieron en la boda de unos amigos en común y Cupido hizo lo suyo.

Kristian y Verónica vivieron un amor a distancia durante algún tiempo y consolidaron su relación cuando ella fue a visitarlo a Noruega en setiembre de 2020. Al año siguiente, le tocó el turno a Kris de volver a Paraguay junto a Vero. Al final de la estadía, en confabulación con su suegro, el novio organizó una cena despedida con un secreto propósito. “En la oportunidad le pidieron que diga algunas palabras. Después de agradecer a la familia por la hospitalidad, dijo que en realidad estaba ahí por otro motivo, se arrodilló y me pidió casamiento”, recuerda ella.

La boda se celebró en nuestro país en tres días de fiesta, a finales de julio, y llegaron más de 100 invitados del extranjero. Escogieron la iglesia de Yaguarón por ser uno de los templos más bellos y antiguos del país. La recepción fue en el Club Náutico San Bernardino, muy divertida por la mezcla de culturas: hicieron los tradicionales discursos daneses, el corte de torta (típico de España) y los golpes de copas lograron que se dieran un beso parados en sus sillas (también costumbre de Dinamarca). Todos disfrutaron de la mágica fiesta.

Al día siguiente fue la despedida con un gran festejo paraguayo en Tatobar, casa del papá de la novia. Así, Vero y Kris empezaron de la mejor forma un nuevo capítulo en sus vidas.

DETALLES

El staff de Désireé Grillon & Adriana Saccarello Event Planning se encargó de la coordinación y organización de la boda. La decoración explotó al máximo la hermosa vista al lago, que fue trabajo de El Depósito. Talleyrand dispuso el menú y hubo postres de La Dolcería. La merienda fue obra de Hijas de Feliciana. Mente Nativa estuvo en la previa y Hallam fue el DJ de la noche. Berenice Crosa se encargó de inmortalizar cada instante de las fiestas, para su marca Desde el Alma.