«SER MAMÁ ME CAMBIÓ LA VIDA»

Compartir con Nicole Hellmers Dos Santos siempre es un honor. Con su inconfundible carisma y alegría, a lo largo de estos años formó parte de nuestras páginas en muchos momentos especiales. Entre ellos, su bridal shower, cuando se casó y también en marzo de 2019 la acompañamos durante su baby shower, en el que con entusiasmo aguardaba a su primer bebé. Dos años después nos volvemos a reunir y en esta ocasión nos habla de su hermosa experiencia como mamá y la forma en que la llegada de su pequeño Marianito cambió su percepción de la felicidad.

Fotos: Javier Valdez. Dirección de producción: Bethania Achón.

El 2 de abril último, Nicole celebró su quinto aniversario de matrimonio junto a su esposo, Mariano Zavala. El fruto de ese profundo amor se llama Mariano Zavala Hellmers, quien llegó al mundo exactamente a las 20.00 del 9 de abril de 2019, con 4,200 kilogramos.

La arquitectura es su pasión y su profesión. A la par, desde siempre soñó con tener hijos y la bendición de recibir a su bebé fue el deseo cumplido de su vida. Sin mucho que agregar, para ella ser madre es fiel sinónimo del amor más grande que existe, un sentimiento que descubrió en el instante en que se enteró de que estaba embarazada.

«En una mudanza de 2018, a eso de las 22.00 sentí uno de los primeros síntomas y estaba segura de que era un embarazo. Cuando me realicé la prueba, todo era tan reciente que ni siquiera me podían asegurar un positivo. Pero sí, gracias a Dios ahí estaba mi Marianito. Fue la alegría más grande del mundo, una mezcla de muchísima felicidad, ansiedad y miedo. Pero todo salió bien», recuerda.

Cargada de emociones y un sentir inigualable, disfrutó de un embarazo con todos los cuidados que ambos, madre e hijo, requerían. Con ternura rememora las sensaciones increíbles de crear una vida, como cuando sintió las primeras pataditas y quedó impresionada sin poder dimensionar que era su bebé moviéndose. «Acostarme a la noche después de largas horas de trabajo y sentirle era uno de los mayores placeres; obvio, cada movimiento era: ‘Mariano se movió’», dice entre risas.

Luego de su dulce espera finalmente se convirtió en madre y cuando le preguntamos qué significa esto para ella sin dudas nos respondió desde sus más profundos sentimientos: «Ser mamá me cambió el concepto de vivir. Desde el primer día aprendí a valorarle a la mía muchísimo más, comprendí lo que es el amor incondicional y el esfuerzo que se hace sin descanso por el bien de los hijos. Entendí el verdadero motivo de estar viva, para mí es el mejor regalo que me dio la vida».

Convertirse en madre representó un cambio rotundo. Para Nicole fue un poco complicado dimensionar la enorme responsabilidad que conlleva, pues sus tiempos dejaron de pertenecerle solo a ella. Pero luego de muchos encuentros consigo misma, orgullosamente decidió invertir lo mejor de sí en su hijo. Ejerció a la par su profesión y siguió los pasos de su mamá, Sonia Dos Santos, quien estuvo muy presente en su vida y la de sus hermanos.

La vivencia de la maternidad la define con mucho amor y felicidad. El día a día con su hijo es realmente memorable y con su compañía no hay excusas para estar mal. Lo describe como una personita servicial, risueña, ordenada y supercariñosa. «Con su alegría nos demuestra que tenemos todo para ser felices y agradecidos. Marianito es lo máximo, alegre y enérgico. Le encanta jugar fútbol, andar en bici –según él, su moto– por el barrio, ama los animales y los juguetes que vuelan», cuenta.

Sus primeros días como mamá fueron caóticamente hermosos. Ella nunca antes había cuidado a un bebé y sus noches pasaron a ser un tanto difíciles. «Me sentía megaenamorada y bendecida, pero estaba sensible y con las hormonas a flor de piel. Ser primeriza me costó mucho», recuerda. En situaciones como esta, acudir a su mamá fue algo que hizo reiteradas veces y ella estuvo allí en cada instante. Y a pesar de que en ocasiones no eran los consejos que Nicole deseaba escuchar, siempre terminaba por darle la razón.

«De mi mamá admiro todo y hoy más que nunca. Es fuerte, sabia, protectora, nos cuida y, principalmente, dejó su vida entera por nosotros. No recuerdo alguna vez que no haya podido estar presente, ella siempre está», describe a su mentora, de quien le gustaría replicar muchas de sus cualidades, especialmente ser siempre la contención mayor de Marianito.

«Si hay un mensaje que puedo dedicarle a las futuras mamás es que este rol es lo más lindo de la vida. Te da las satisfacciones más grandes, verlos felices hace que todo valga la pena. Ser madre no es fácil, siempre vamos a querer ser perfectas para ellos, pero nunca olvidemos que hacemos el mayor esfuerzo día a día para dar lo mejor. Al final eso es lo que ellos valoran», culmina.

Con la llegada de mayo, los preparativos para festejar una fecha tan especial como el Día de la Madre comenzaron y en la familia de Nicole esto no es diferente. Esperando ansiosa celebrar su segundo año como mamá, acostumbra pasarlo junto a los suyos con una divertida merienda y las infaltables cartas, regalo favorito de su madre.