PRIMER SÍ, QUIERO
Cuando Yvonne Bendlin Brítez y Joaquín Giménez Mallén se conocieron –gracias a una amiga en común–, Cupido hizo lo suyo flechándolos de inmediato. Ese fue el principio de una relación que se basó en la amistad y se convirtió en una gran historia de amor. Con la seguridad de querer compartir el camino por el resto de sus vidas, decidieron dar el siguiente paso y oficializar su unión en matrimonio.
Luego de seis años de un dulce noviazgo, Joaco –como se lo conoce al novio– le entregó el anillo de compromiso a su amada durante una romántica estadía en La Suiza, de San Bernardino. Desde ese entonces empezaron a sellar su pacto de felices para siempre y el ansiado día llegó el pasado mes de julio. Aunque tuvieron que cambiar el plan original con respecto a los invitados, lo importante fue disfrutar el uno con el otro en una boda civil muy íntima pero con la misma ilusión, cuidando de cada detalle acorde con la nueva normalidad.
El enlace tuvo lugar en Factoría Hotel y fue presidido por la jueza Norma Romero de Bogarín. Para el gran día, Yvo –como la llaman los suyos– encargó su vestido a las diseñadoras Tamara y Paz Maluff, de La Paix, quienes supieron interpretar sus deseos y crearon para ella una pieza única de seda con una manga bombé, que podría definirse como la máxima expresión de elegancia. Ataviada en ese delicado diseño hecho a medida, que complementó con un precioso ramo de Justflowers, firmó la libreta familiar con el amor de su vida ante la presencia de sus padrinos y testigos.