UN SUEÑO CUMPLIDO

Una lluviosa tarde de sábado, a bordo de un automóvil vintage, Verónica Ortega Morínigo se dirigió emocionada hasta el Obispado Castrense para unirse en matrimonio con el amor de su vida, José Luis Papo Galilea Silva. Su historia inició hace tres años, cuando hicieron un máster en Argentina y, desde entonces, el amor y la admiración entre ambos creció con el tiempo.

Un año bastó para que decidieran formar una familia, y se convirtieron en padres de Valentina. En enero de 2021 se unieron por ley civil y, luego de nueve meses de preparativos, llegó el día de la anhelada boda religiosa y el gran festejo con todos sus seres queridos y amigos.

Como dicta la tradición, Papo arribó primero a la iglesia a la espera de su prometida. A la hora de la cita, las gotas de lluvia se hicieron más intensas y con Vero se cumplió el refrán de “boda lluviosa, novia dichosa”. Nada empañó su felicidad: descendió del vehículo con una gran sonrisa y fue recibida por su papá, Miguel Ángel Ortega, quien la acompañó hasta el altar.

Tras sellar su compromiso ante Dios, sus padrinos y seres queridos como testigos, la pareja dio comienzo a una nueva etapa. El siguiente paso fue dejarse llevar por la algarabía de la fiesta organizada en su honor en El Castillo de Remanso. Allí se sirvieron un delicioso bufé de Stuppendo, hamburguesas de Bernardino, pizzas de GoPizzas y dulces de Tiento. La musicalización de la previa fue de Pacita Diez Pérez y el DJ Hallam se encargó de la diversión en la pista de baile.

DETALLES

Los novios deseaban para su fiesta una ambientación diferente, y Alesuki cumplió con las expectativas con un ambiente tropical: mucha madera, plantas como bananos y orquídeas y en destaque colores como negro, fucsia y verde. También quisieron que sea una boda sin desperdicios y contrataron a Mboja’o para destinar a buen puerto lo que quedó del servicio gastronómico. De principio a fin la coordinación recayó en manos de Jessica Miralles y su staff.