Es creativa y soñadora. Milagros Torcida dedica su día a varias actividades que realiza con mucho corazón, atención a los detalles y paciencia. Casada con Rorro Cacavelos, a sus 29 años de edad es mamá de Constantino (2) y espera a Luciano. Es licenciada en Gestión de la Hospitalidad, pero hoy en día su vida laboral gira en torno a El Mundo de Mila, emprendimiento que inició en 2016 y con el cual crea contenido para redes sociales.
Retrocedemos en el tiempo para sumergirnos en el baúl de los recuerdos más preciados, con la intención de recordar con el cariño de siempre a todas las mujeres que fueron parte de nuestras portadas a lo largo de estos años y cómo sus hijos e hijas crecieron, guiados y acompañados siempre por ellas.
Junto a su familia, decidió ser madrina económica de un hogar de niños abandonados. Allí, Rebeca Mendoza tuvo la oportunidad de conocer a muchos de ellos, hijos de madres adolescentes. Fiel a su carácter comprometido con todo lo que hace,…
Amante de los procesos artesanales pero trabajando siempre a la vanguardia de la tecnología, Ilse Jara es una de las diseñadoras más reconocidas del país y muchas novias sueñan con llevar una de sus creaciones en una ocasión tan importante como su boda.
A los tres meses de nacido, Vicente Parodi Saldívar recibió el primer sacramento en la iglesia San José.
Él es un destacado fotógrafo de eventos sociales y desde el 2015 está al frente de su propia empresa homónima que crece a pasos firmes. Capturar instantes efímeros para transmitir emociones a través de la lente es su mayor pasión.
Con la intención de que Luanna Grütter Rivarola guarde entre sus más preciados recuerdos su cumpleaños número 15, sus padres le organizaron una serefiesta en su residencia, seguida de una gran celebración en Talleyrand Costanera.
Julieta Talavera Clavell y Ariana Méndez Domecqcelebraron juntas la llegada de sus anhelados 15. Ellas, además de ser superamigas, son compañeras de colegio y cumplen años el mismo mes.
Ana María Jiménez Gaona Plate y Bruno Corina Orué caminaron hasta el altar situado en los jardines de la casa del abuelo paterno de ella, donde todos sus familiares y amigos estaban esperándolos ansiosos por presenciar su unión.
Se conocieron en 2008 cuando se encontraban construyendo viviendas de emergencia como voluntarios de Techo. Desde entonces, Soledad Núñez y Bruno Defelippe compartieron momentos que los llevaron a crear un vínculo de amor que, más de una década después, continúa siendo tan fuerte como en el principio.
