PAPÁ: EL MEJOR GUÍA
A Bruno Zanotti-Cavazzoni, además del básquetbol, lo que más le apasiona y ama es la hermosa familia que formó con Belén Franco, con quien tuvo a Giulio (8) y Francesco (4). Este determinado atleta, licenciado en Administración de Empresas y director deportivo equilibra las horas de su ajetreada jornada para disfrutar y estar presente en cada etapa que viven sus hijos. Día a día busca inculcarles valores como la perseverancia, la disciplina y el respeto que aprendió de su padre, Amadeo Zanotti- Cavazzoni.
Bruno (41) se considera una persona práctica, tranquila y reflexiva. Al mismo tiempo, es competitivo y determinado, especialmente en el ambiente laboral y atlético. Desde muy temprana edad se enamoró del básquetbol. “Recuerdo que alrededor de los 11 años le comenté a mis padres durante un almuerzo que quería ser basquetbolista profesional. Una vez que cumplí ese sueño siempre supe que iba a permanecer ligado al deporte de alguna u otra manera. Hoy afortunadamente soy director deportivo, y tengo la oportunidad de liderar y utilizar la actividad física como una potente herramienta para enseñar a los jóvenes valores que van más allá del campo de juego”, reflexiona.
A sus 34 años recibió una maravillosa noticia que cambió su vida para siempre. “Me enteré de que iba a ser padre de manera muy especial. Un día, mi señora me sorprendió con un regalo. No era ninguna ocasión especial, así que me extrañó un poco. Cuando lo abrí, encontré dentro el test de embarazo y una carta que indicaba que sería papá. Su forma de contármelo hizo que fuera aún más memorable y especial” rememora.
¿Qué sentiste al recibir esa noticia?
– Fue un momento increíblemente emotivo y lleno de alegría, una sorpresa que jamás voy a olvidar.
¿Qué sentimientos te invadieron al conocer a tus hijos y cargarlos en tus brazos por primera vez?
– La primera sensación fue una abrumadora alegría y amor puro. Sentí una profunda conexión y un sentido de responsabilidad que nunca había experimentado. Sabía que mi vida iba a cambiar para siempre y que haría todo lo posible para darles lo mejor.
¿En qué cambió tu vida el hecho de ser papá?
– Me hizo crecer como persona, me dio un propósito más profundo que me llenó de felicidad y satisfacción. Aprendí a ser más paciente, comprensivo y a valorar el momento. Creo que me hizo más responsable y consciente de mis acciones, pues en ese instante uno sabe que hay personas que dependen completamente de uno. Mis prioridades cambiaron considerablemente, las necesidades de mi familia pasaron a primer plano.
¿Cómo te describís desde tu rol de papá?
– Me considero un papá presente y comprometido, busco estar ahí para mis hijos en cada etapa de su vida. Trato de ser un modelo a seguir, inculco valores fundamentales como el respeto, la excelencia y la empatía. Me esfuerzo por ser estricto y paciente, pero entendiendo que cada uno de mis hijos tiene su propia personalidad, sus intereses y su manera de aprender.
¿Qué aprendiste de tu papá y que ahora aplicás con tus hijos?
– De mi viejo aprendí muchas lecciones valiosas. Una de las más importantes es el valor de estar presente. Él estuvo ahí para mí en los momentos más importantes, buenos y malos. Entendí que el simple hecho de estar impacta enormemente en la vida de uno. También aprendí de él la importancia de la disciplina y el respeto, así como a valorar el trabajo duro y la perseverancia. Esta ética de trabajo es algo que trato de transmitir a mis hijos; los aliento a esforzarse y a ser resilientes. Estos principios que observé en él desde pequeño son hoy fundamentales en mi forma de criar a mis hijos y en cómo trato de guiarlos en su camino.
¿Cómo describirías la conexión que tenés con cada uno de tus hijos?
– Creo que con cada uno tengo una conexión única, ya que son increíblemente diferentes en sus gustos e intereses. Me esfuerzo por entender y valorar la individualidad de cada uno de ellos y los apoyo en sus intereses.
¿Qué enseñanzas te gustaría dejarles a tus hijos?
– Aparte de los valores fundamentales, que considero que todos queremos dejar a nuestros hijos, me gustaría que simplemente sean buenas personas, que exploten su potencial individual al máximo y sean una influencia positiva en los demás.
Una de las actividades que Bruno más disfruta es pasar tiempo jugando con Giulio y Francesco, ya sea en el parque, en la casa con juegos de mesa o mientras practican deportes. Ver sus caras de alegría y emoción para él es el mejor regalo. Como cada año, este Día del Padre espera compartir con su familia un riquísimo desayuno y un buen asado con sus padres.