LAS VIRTUDES DEL TÉ

Con una historia fuertemente ligada a su infancia y un libro bastante especial, Karen Ortellado se sumergió en una aventura apasionante desde pequeña. Entre hojeadas, juegos y una intrigante imaginación descubrió su amor por el té, una experiencia que la llevó a fundar Virtu Té Atelier, con su hermana Leticia Ortellado. Juntas llevan a cabo este emprendimiento, al que consideran un sueño hecho realidad.

Fotografía: Ismael Prado. Dirección de producción: Bethania Achón.

Más allá de sus lazos familiares, las hermanas Ortellado comparten un vínculo especial desde siempre. Al fusionar sus habilidades dieron marcha a este proyecto y pensaron cada detalle. Karen es licenciada en Administración, así como tea sommelier y tea blender, por lo que lleva a cabo la meticulosa selección y el diseño de cada blend en Virtu, mientras que Leti, como estudiante de Arquitectura, trasmite la identidad e imagen de la firma junto a la esencia de todas sus acciones.

La inspiración de Karen –la fundadora oficial de Virtu–‒ comenzó cuando aún era una niña. Como regalo de sus abuelos, recibió el libro Alicia en el País de las Maravillas, que sin saberlo, la ayudó a descubrir su verdadera vocación al tiempo que aguardaba la llegada de la primera de sus hermanas. «Mientras mi pedido a la cigüeña estaba en espera, tuve que aprender a jugar sola, acompañada de este obsequio que llegó cuando aún ni sabía leer. Los dibujos de Lewis Carroll guiaron mis siestas de té con los personajes, mientras preparaba mis blends cortando plantas del jardín de mi abuela», recuerda la joven, que se convirtió en la mayor de cuatro hermanas y asumió el desafío de ser líder del equipo, pues supo que ya no necesitaría de los personajes de la obra para completar su mesa del té.

Hoy, estas anécdotas se trasformaron en vocación. Karen, a través de numerosas catas y su sólida formación como tea sommelier y tea blender, lidera esta firma y con Leticia invitan a descubrir una sublime experiencia.

Virtu Té Atelier cautiva a primera vista con un ambiente acogedor y sus encantadores objetos. Abrió sus puertas en julio de este año, cuando las jóvenes se aventuraron a pedido de sus mayores fanáticos: los amigos y la familia. Es un espacio diseñado para despertar los sentidos y compartir la pasión por el té, donde sus anfitrionas representan a un sólido grupo que aprende para enseñar, respetando los códigos y la historia de esta virtuosa bebida ligada a diferentes culturas y rituales.

La marca nace esencialmente para reconocer a la verdadera planta del té, la Camellia sinensis, con su clasificación, terroirs y el storytelling que existe detrás de cada jardín productor, como parte de la Tercera Ola del Té.

En este particular mundo, a Karen y a Leti las mueve el sentimiento de conocer, aprender y compartir cultura. Por eso ofrecen tés y tisanas ‒–el té viene de la planta Camellia sinensis, que contiene teína, a diferencia de la tisana, que proviene de las hierbas y se mezcla con frutos y especias– en su versión de origen y blends. Presentan su esencia como sensibilidad, calidad y bienestar, materializados en una taza caliente que trasporta a momentos de paz, una jarra con té helado que refresca un caluroso día de verano o una tisana sanadora que devuelve la energía.

El atelier ofrece específicamente tés de origen, escogidos delicadamente, que parten de la Camellia sinensis, en sus versiones de té verde, negro, blanco, pu-erh y oolong, desde China, Japón, India, Taiwán, Sri Lanka y Sudáfrica. Para la experiencia sensorial completa, también cuenta con accesorios y utensilios escogidos y pensados para lograr el ritual perfecto.

Todo esto finalmente las llevó a abrir sus puertas, conscientes de que tenían un gran desafío que afrontar: la pandemia. “El modo de lograr lo imposible, es convencerse de que sí es posible’, dice una frase de Alicia en el País de las Maravillas. Realizamos la apertura y nos adaptamos al protocolo. Por esto, la tienda solo recibe visitas con agendamiento previo, con un máximo de hasta dos personas en cada turno. Creemos que hay una colección de imposibles que vencer, y le hicimos frente al poner en práctica las virtudes», cuentan.

“Virtu Té Atelier es un tributo personal a la ciencia, el arte y la naturaleza presentes en la milenaria cultura del té»

Entusiastas de enseñar todo lo que conlleva esta experiencia sensorial, las hermanas nos explican que cada té posee un sentido único y, si bien todos provienen de la misma planta, la diferencia se encuentra marcada por el proceso que atraviesa cada hebra en sus formas de cultivo o después de su cosecha, lo que le da diferentes notas aromáticas, sabores, colores, texturas y formas que, al contacto con el agua, revelan sus diversas virtudes. La filosofía de su firma relaciona cada tipo de té con la virtud que les recuerda: en el negro, la fe; en el verde, la esperanza; en el blanco, la prudencia; en el oolong, la templanza; en el pu-erh, la fortaleza, y en el rooibos, la caridad.

Leticia y Karen terminan por disfrutar cada día con sus tés de preferencia. Para la primera, los blends que la transportan con aromas de diferentes ingredientes son ideales, mientras que la segunda opta por la versión de origen sin agregados. Ellas eligen cada variedad de acuerdo con el momento o el maridaje con el cual lo acompañarán. A la hora de brindar recomendaciones, siempre coinciden en La selección de Alicia, una colección de blends con cinco tipos de té y un rooibos que se renuevan constantemente en el atelier.

«La tierra es fuente inagotable de una botánica tan noble para crear mezclas y compartirnos sus virtudes. Virtu Té Atelier es un tributo personal a la ciencia, el arte y la naturaleza presentes en la milenaria cultura del té», finaliza Karen sobre esta apasionante experiencia, que junto a Leticia y con bastante corazón, busca ofrecer a los demás.