CHEF DE CORAZÓN
Más conocido como Chef Papá Marcos, en esta ocasión nos presenta su nuevo libro Ensaladas en Paraguay, lleno de sabores, para alcanzar una vida con mayor salud y felicidad. Tal como lo menciona al inicio del mismo, cualquier momento es bueno para comenzar a comer bien y esta es una guía para la imaginación y creatividad, que nos invita a realizar preparaciones con lo que uno tiene a mano o recurriendo a ingredientes de temporada. Con motivo de este lanzamiento, compartimos la entrevista que le realizamos en junio de 2020, conmemorando el mes del padre.
Ensaladas en Paraguay es un libro de recetas sin cantidades, para que uno pueda prepararla según su criterio y, a la vez, cada preparación está llena de colores vibrantes y sabores frescos que aportarán energía a tu día. Este segundo libro del Chef Papá Marcos está a la venta en todas las tiendas del Shopping Británico, las sucursales de Casa Rica situadas sobre avenida España y Molas López y, también, en la librería Books del Shopping del Sol. A continuación, te contamos más sobre el autor, quien protagonizó nuestra edición impresa del mes de junio de este año.
Bajo el seudónimo que uno de sus hijos creó para él –Chef Papá Marcos– comparte sus creaciones culinarias a sus miles de seguidores. Este reconocido empresario tuvo una exitosa trayectoria, tanto en la industria textil como en la ganadería, además de otros negocios, y fue cónsul honorario de Jamaica en Paraguay. Hoy por hoy, es una estrella de las redes sociales. Charlamos con Marcos Ismachowiez sobre la paternidad, su pasión hacia el arte gastronómico y su incursión en las plataformas digitales.
Cinco hijos forman parte de la historia familiar de Marcos Ismachowiez, de 76 años: Ruthi, Judith, Lidia, Luis y Walter; guión que continúa sumando relatos con sus nueve nietos y un bisnieto, a quienes desea ver siempre felices, tal como él se define a sí mismo: “Una persona feliz”. Fue exactamente con ese ánimo que nos abrió las puertas de su restaurante privado para contarnos sobre su faceta como padre, su amor por la gastronomía, el lanzamiento de su segundo libro de cocina y su fortuita incursión en las redes sociales, donde suma cerca de 70.000 seguidores después de un año de su inicio. “Yo cocino porque las ollas rebotan en mi cabeza”, se lee en sus perfiles de YouTube, Facebook e Instagram. Sus preparaciones llevan un sello propio, como la chipa licuadora con la que nos sorprendió el día de la entrevista, por su exquisito sabor y su simpleza.
Marcos, te vemos en las redes sociales compartiendo videos siempre con mucha alegría. ¿Cómo definís tu personalidad?
Me defino como una persona feliz, activa; siempre actué como me pareció bien y sigo haciéndolo. No me siento disminuido en nada, creo que es herencia de mi mamá. Ella era así: feliz y punto. Yo soy feliz, me acuesto feliz, me levanto feliz, todo lo que ustedes ven que yo hago, lo hago con alegría. Pongo todo de mí y no me gustan los conflictos, las peleas ni que nadie se meta conmigo a darme cátedra de cómo tengo que vivir o qué hacer, porque me considero una persona decente.
Tenés cinco hijos adultos, ¿cómo es tu relación con ellos?
– A mí me gusta reunirme con mis hijos individualmente y de forma privada para hablar sobre lo que sea que ellos necesitan de mí o a discutir nuestras diferencias, si es que las hay. Por otro lado, disfruto mucho hacer un gran almuerzo los domingos. Yo cocino, les sirvo y pasamos el día todos juntos hasta que se hace de noche.
¿Cuál sería una lección que te dejó tu padre y hayas aplicado con tus hijos?
– El respeto, respetar a los hijos. Respetar hoy no es lo mismo que en aquella época. Hoy los padres tienen que aprender a dar libertad para que los hijos opinen, actúen y sean responsables de sus actos, no empezar a competir con ellos; dejarles que se expresen, que se equivoquen. Es muy importante como padre saber escuchar. Hoy un chico tiene más necesidades de las que teníamos nosotros, porque vive un mundo más dinámico. Es muy diferente.
¿Qué actividades te gusta compartir con los tuyos?
– Me encanta Ñu Guasu, ir a caminar ahí en cualquier momento. Cualquier problema que tenga un hijo mío y que quiera charlarlo, lo hacemos caminando, no sentados uno frente a otro. Entonces nos vamos andando. Yo escucho, le doy mi parecer y así intentamos solucionarlo.
A tu parecer, ¿qué es lo más lindo de ser papá?
– La sensación de que pudiste ser papá, de que lograste concretar una misión de Dios.
¿A qué te dedicás?
– Yo tengo una empresa, el grupo Plastimar, en el ramo textil. Aparte de eso, poseo estancias en el Chaco paraguayo. Pero mi vida siempre fue ser cocinero, eso nomás quería hacer, aunque mis padres se oponían terriblemente.
Me defino como una persona feliz, activa; siempre actué como me pareció bien y sigo haciéndolo
¿Cómo y cuándo surgió la idea de crear la página Chef Papá Marcos?
– Un domingo, durante el almuerzo, mi hijo Walter me dijo: “Papá, esto es increíble, ¿por qué no subimos a las redes?”. Él compartió el video, eligió poner Chef Papá Marcos, luego me llamó a las 10.00 de la noche y me dijo: “Hay 300 personas interactuando, ¿por qué no te organizo una página y vos seguís con esto?”. Ahí me lanzó y yo fui detrás.
Vemos que los videos tienen una calidad impecable, ¿quién te ayuda a producirlos?
– Parte del equipo que me asiste con los videos está acá, Raquel y Teresa, más un staff contratado de filmación. En total somos 10 personas. Yo cocino para mi familia, para las redes sociales y también cuando me piden colaboración para institutos de beneficencia. Todo es por amor a la gastronomía. No gano nada con las redes, pero es ahí donde me expreso y algo habrá salido bien para tener 10.000.000 de visualizaciones, que no es un chiste. Además, con comidas paraguayas, lo cual resulta más limitado.
Durante esa interacción con tus seguidores a lo largo de un año, ¿tendrías alguna anécdota para contarnos?
– Sí. Me escribió una persona, de un país del Río de la Plata, y me dijo: “Chef Papá Marcos, sos un genio, ¿de dónde sos?”. Le contesté: “Soy paraguayo, de Asunción”. Su respuesta fue: “Mirá vos, yo creía que los paraguayos solo servían para albañiles”. Entonces, había dos maneras de actuar: le ofendía, le chutaba de la página o me callaba. Decidí poner en todas partes “El Paraguayo”. Es mucho mejor reaccionar en forma general que en contra de él, que su educación no le permitió entender mejor.
¿Cómo es tu rutina diaria?
– Trabajo medio día en la fábrica. De tarde, voy a jugar golf. Vengo de ahí y estoy en la cocina escribiendo un libro o probando cosas nuevas. Tengo una biblioteca muy grande de publicaciones gastronómicas de todo el mundo, allí me inspiro. Algo necesario para ser feliz es tener una rutina y ocupar tu día en cosas que te gustan. Voy a trabajar, a jugar golf y a la cocina de noche porque quiero. Nadie me obliga. Si un día estoy pirevai, a la miércoles con la cocina: tomo un vaso de whisky y me siento a ver tele.
En tu biblioteca hay un libro especial, ya que es de tu autoría, ¿qué nos podés comentar al respecto?
– En 2018 lancé un libro de comida paraguaya en coparticipación con Teresita Benegas O’Hara, titulado Paraguay heterei, que tuvo mucho éxito. Hicimos 1.000 copias y se vendieron en dos meses. Dentro de poco estaré lanzando otro, de mi autoría, en celebración por las 10.000.000 de reproducciones en redes. Será un poco distinto al anterior, con recetas de ensaladas hechas en Paraguay, con más granos, verduras, frutas. Un material alegre, lleno de fotos, con mucho movimiento.
Notamos que llevás una ramita de romero en la manga de tu chaqueta, ¿cuál es la razón?
– Una tradición personal es siempre llevar conmigo una rama de romero, porque dicen que los cocineros deben tenerlo para que no haya sorpresas y siempre salga bien la comida.
Entre todas las opciones de platillos que conocés, ¿cuál preferís?
– En líneas generales, la comida italiana me gusta muchísimo. De la gastronomía paraguaya no me voy lejos: chipa, mbeju, sopa, chipa guasu.
Si vas a cocinar para tu familia, ¿con qué plato les sorprenderías?
– Yo me adapto a sus preferencias. Les gusta carne, chipa guasu, ensaladas. Hay tres ensaladas paraguayas que son clave. Lechuga, tomate y cebolla, es una; poroto rojo, huevo picado y cebolla, otra, y mandioca picada con un poco de mayonesa. Esas son las más típicas de un asado, no salen mucho de lo que comemos en el país.
¿Qué legado te gustaría dejarles a tus hijos?
– Que sean felices, decentes y correctos. Si una persona es feliz, todo el resto va a salir bien, ya que te nace de dentro. Por ejemplo, compraste un auto nuevo y a la semana ya está sucio en el garaje, eso no es la felicidad, no se puede comprar. Uno tiene que estar en paz consigo mismo. Cuando alguien te molesta, no digas nada, hacé como el torero, andá nomás, para qué le vas a decir sus defectos. Apartalo de tu vida.