FORMAS Y MOVIMIENTO
Con un impulso propio e independiente, sus manos van dándole forma al arte en arcilla, a veces papel y casi siempre en hierro y bronce. Entre sus creaciones, el tema recurrente es la mujer en transformación constante, el tiempo y el amor. Hablamos con la artista plástica Ingrid Seall sobre la figura femenina representada en el arte, su trayectoria y sus proyecciones.
Una profunda sensibilidad hacia la figura humana caracteriza los trabajos de la artista, con sus infinitas formas en movimiento, profundas expresiones o marcadas siluetas. Y es que en su devenir artístico, Ingrid ha experimentado con la ilustración, la danza y la escultura. Esto le dio una noción más precisa del espacio y le permitió transmitir sentimientos y sensaciones “Siempre me sentí motivada por las formas y el movimiento, sobre todo cuando comencé a descubrir mi cuerpo y la forma de percibir el espacio. La curiosidad y el asombro me dieron el impulso de crear con mis propias manos figuras y dibujos”, afirma. Comenzó de manera autodidacta, le gustaba hacer maquetas y dibujos, y no tardó en darse cuenta de que lo suyo era el mundo artístico. Primero incursionó en la arcilla junto a la ceramista Patricia Ayala. Más adelante, descubrió la pasión que se convertiría en su estilo de vida, de la mano del maestro Hermann Guggiari: la escultura en hierro y bronce. Al ver su talento, el artista Gustavo Beckelmann le abrió las puertas de su taller para desarrollar sus obras. Con la intención de perfeccionar sus conocimientos, estudió licenciatura en Artes Visuales en el Instituto Superior de Artes, bajo la dirección de Olga Blinder. Según afirma, sus mentores fueron fundamentales para afianzarse como escultora, en un medio tan difícil y como mujer.
El arte, como industria, va más allá de la creación. Alrededor hay promoción, gestión y un mercado. ¿Podrías decir que, hoy por hoy, vivís del arte? ¿Te ocupás vos misma de hacer conocer tu trabajo?
– El arte como industria es un tema controversial y real. En nuestro país el mercado del arte existe, se va abriendo lentamente hacia nuevas posibilidades y dimensiones. Sin embargo, la escultura tiene otros componentes, como su monumentalidad o la espacialidad, además de un proceso de producción condicionado por varios factores. La difusión del trabajo se dio espontáneamente cuando comencé a publicar en redes los procesos de creación, ahí la gente se engancha muchísimo. También trabajo con algunas galerías que sin dudas siguen siendo un nexo indispensable entre el artista y los consumidores.
¿Participás activamente en exposiciones?
– Suelo participar en exposiciones, pero no muy a menudo. Sí tengo algunas de mis obras en la galería BGN/ARTE, en el mercado del arte de KARU y eventualmente en alguna feria o muestra.
¿Te definirías como transgresora?
– Existen obras que por su simple naturaleza transgreden todo lo preestablecido. El estilo que yo manejo tiene componentes muy tradicionales: la figuración, la anatomía, un material como el bronce, que tiene una larga tradición. Sin embargo, estos elementos son el canal para hablar de mi realidad y mis inquietudes, que pueden finalmente transgredir o no ciertas ideas, pero no es algo que yo esté buscando en mi proceso.
Como artista sos bastante versátil, vas de la danza, al dibujo y la escultura, ¿de momento tenés algún medio favorito para crear?
– En realidad creo que las artes se entrelazan constantemente. Prácticamente no existe danza sin el estímulo de la música; en mi caso no surgen esculturas si no es a partir de un sentimiento generado por el movimiento y las sensaciones; por lo tanto, sin dudas las disciplinas se nutren unas a otras y los artistas podemos nutrirnos de esta variedad. El estilo que abordo en este momento se plasma en la escultura en bronce; el material, el color, la dureza y, al mismo tiempo, la versatilidad de este metal dan forma a las obras que produzco. Pero esto siempre varía porque no quiero limitarme y hay muchas posibilidades desde el papel, la arcilla, el hierro, la cera, la resina y todo lo que pueda descubrir.
La elección del dibujo, ¿tiene algo que ver con la perspectiva feminista?
“LA LEGITIMIDAD EN EL CAMPO ARTÍSTICO TIENE MÁS QUE VER CON LA AUTENTICIDAD DEL DISCURSO, MÁS ALLÁ DE LA FORMA”
– Yo soy una mujer y habito un cuerpo femenino, creo que eso me pone en una postura ante el mundo. Mis perspectivas son desde ese lugar y por más que intente no podría concebir el mundo de otra manera, así que la temática también mayormente son figuras femeninas y dejo las conclusiones al público.
¿Cómo podemos las mujeres vernos representadas en el arte?
– Creo que el arte y la temática femenina han sido una constante en la historia, pero la imagen de la mujer como objeto de belleza o admiración es un tema más que recurrente. Hoy creo que como artistas y también como protagonistas de una obra tenemos una libertad diferente y mostramos la verdadera esencia de lo que somos. A diferencia de otros momentos del arte, no necesitamos posar, agradar, callar, someternos, aparentar ni complacer en una obra, sino que podemos expresarnos y abordar los temas que queremos, y ese lastimosamente es un logro muy reciente.
¿Es el autorretrato una forma de legitimación femenina en el campo artístico?
Para algunos artistas, el autorretrato es su forma de hablar. Yo creo que la legitimación tiene más que ver con la autenticidad del discurso, más allá de la forma.
Actualmente, Ingrid trabaja en un nuevo taller, se llama Tiki Espacio de Arte, donde desarrolla esculturas con una fundición de bronce a la cera perdida. En julio próximo, llevará las primeras piezas de este espacio a una muestra individual en el exterior.