LET ME LOVE YOU

Esta historia tuvo su inicio en 2014, cuando Brunella Ayala Fontenla y Eduardo Sanabria Cortázar se vieron por primera vez y se enamoraron profundamente. Era Semana Santa y habían viajado a Brasil: él acompañado de sus mejores amigos y ella, de su familia. Al salir de una misa por el Domingo de Ramos, cruzaron miradas y el magnetismo fue algo simplemente espontáneo.

 Su gran amor prosperó y los llevó a vivir juntos cinco inolvidables años de noviazgo, que fueron coronados con una romántica pedida de mano sorpresa, en el cumpleaños de Brunella en 2019. Y aunque inicialmente Brune y Edu –como los llaman con cariño– fijaron su fecha especial para el 4 de abril de 2020, la pandemia los llevó a posponerla y celebrarla finalmente tras casi un año de espera: el 20 de febrero de 2021. La suya fue una boda muy emotiva capturada en fotografías por la lente de Julio Zárate en la capellanía Virgen de la Asunción, donde el monseñor Adalberto Martínez –tío del novio– los unió en sagrado matrimonio.

 Más tarde, el brindis por la ocasión tan especial fue en el salón Socios Veteranos de la Guerra del Chaco del Club Centenario, donde los nuevos esposos se dedicaron ante familiares y amigos la canción Can’t take my eyes off you, de Frankie Valli. “Fue un día soñado para los dos. Abundaron la felicidad y las buenas vibras en todo momento”, rememora Brune. La pareja espera casarse ante la ley civil cuando los familiares de ella lleguen del Uruguay.

DETALLES

La decoradora María Paz Clavell, de El Depósito, interpretó los deseos de los novios y creó una ambientación alegre y despojada para la recepción. El servicio gastronómico corrió por cuenta de Egasa, que ofreció un variado menú de pastas, carnes, comida mexicana y platos vegetarianos. De postre se sirvió el favorito de los agasajados, brownie con helado y alfajores Tatakua.

VESTIDA DE BLANCO

Vestida de blanco Momentos previos al sí, quiero con el amor de su vida, Brune se vistió de novia en el Hotel La Misión bien acompañada de las mujeres más significativas de su vida: su mamá, su hermana, su suegra y tres de sus mejores amigas. Ellas la ayudaron a disipar los nervios y enfundarse en su vestido diseñado por Beverly Kuhl. Brune decidió complementar su look con un colorido ramo de La Floresta, en el que llevó el rosario que sus abuelos le obsequiaron en su primera comunión.