COMPAÑEROS DE VIDA

Claudia González Sarubbi y Pablo Eguía Callizo se conocieron gracias a unos amigos en común y con el tiempo se dieron cuenta de que estaban hechos el uno para el otro. Su noviazgo de seis años tuvo el mejor final el pasado 13 de febrero, con una boda de lo más romántica y divertida.

 La propuesta fue el 14 de diciembre de 2019 ante el Santuario de la Virgen Schoenstatt, ya que Palín –como le dicen al novio de cariño– es muy devoto. Ella no dudó de darle el sí y pronto ultimaron todos los detalles del gran día. La pareja fijó fecha para el 2020, pero tuvieron que aplazarla por la pandemia. Aun así, no perdieron la ilusión y se ajustaron a la nueva normalidad, hasta que llegó el momento perfecto.

 La ceremonia religiosa tuvo lugar en el Obispado Castrense. Claudia ingresó al altar del brazo de su padre, en un vestido diseñado por Romina Ruffinelli. En sus manos portó un buqué de Floreale y complementó su look nupcial con el pelo recogido y un suave make up. “Todo fue hermoso, pero uno de los momentos más especiales fue la entrada a la iglesia con mi papá y cuando él le dijo a Pablo: ‘Te entrego a mi hija, cuidale’”, recuerda la feliz novia.

Una vez declarados marido y mujer, resonaron los aplausos en el templo y un tierno beso selló el instante. Luego, se reencontraron con sus invitados en el predio del Club Centenario, en Surubi’i, para la fiesta decorada por Alesuki. Allí, fueron recibidos con mucha algarabía y al ritmo de la canción Perderme contigo, de Bacilos, y dieron su primer baile de casados. Así, este par de enamorados cumplió con el deseo de iniciar una familia.

DETALLES

Las profesionales de Désireé Grillon & Adriana Saccarello Event Planning fueron responsables de coordinar el evento. Los presentes compartieron un menú preparado por los chefs del restaurante Talleyrand, además de refrescantes tragos de Darío Loprete y, de postre, hubo bombones hechos por la tía de la novia, María Rosa Ferrario con docinhos de La Brasilera. También se dispuso de dulces y licores artesanales preparados por pobladores de Caazapá.