UN NUEVO COMIENZO

El destino los encontró en el momento perfecto para enamorarse. María Pía Sosa Walder y Ernesto Stanley Netepczuk cruzaron sus caminos y ahora comparten un amor sin medidas. Luego de experiencias y aventuras que fortalecieron su sentir, supieron que estar juntos para siempre era lo que querían, y sin esperar más unieron sus vidas en matrimonio.

 Pía y Ernest se conocieron 14 años atrás, cuando coincidieron en sus prácticas de atletismo y entre conversaciones flecharon de manera inmediata. Desde entonces comenzaron a escribir su propia historia; uno de sus capítulos más importantes se dio el sábado 27 de febrero último, cuando ante Dios se juraron amor eterno y celebraron su boda.

 La propuesta fue el 1 de marzo de 2020. En una caminata en el campo familiar Stanley-Netepczuk, Ernesto sacó el anillo y en ese íntimo instante le pidió que fuera su esposa. Los planes comenzaron rápidamente y la fecha que escogieron fue el 31 de octubre, aunque debido a la pandemia, las proyecciones cambiaron. Confiaron en el equipo de Désireé Grillon & Adriana Saccarello Event Planning para coordinar cada detalle, mientras que para guardar los recuerdos recurrieron a Julio Zárate y su staff de fotógrafos.

 Los contrayentes se encontraron en la iglesia La Piedad, a donde Pía –radiante de blanco– llegó con sus hermanos. En la puerta del templo, la recibió su orgulloso padre, Miguel Sosa. Ella recuerda: «Sentí mucha emoción al ver a mis seres queridos que me acompañaban y, por supuesto, a Ernest que me esperaba en el altar».

 Tras una emotiva ceremonia, Pía y Ernest se convirtieron en esposos y con esa dicha se trasladaron hasta los jardines de la Quinta Sosa para festejarlo. Allí, compartieron con sus familiares y amigos más cercanos esta nueva etapa que iniciaron.

DETALLES

Los jardines de la Quinta Sosa lucieron una decoración dispuesta por El Depósito con muebles rústicos, mimbre, flores blancas y follaje natural. Los invitados disfrutaron de la gastronomía de Stuppendo, tragos de Mix It y cerveza artesanal Herken, de la que el novio es propietario y maestro cervecero. Los dulces fueron de María Castaña y los helados, de París.

ANTES DEL SÍ, QUIERO

El gran día llegó. Por la mañana, Pía disfrutó una previa en compañía de sus mejores amigos y su mamá, con quienes se reunió en Factoría Hotel. Allí se enfundó en un hermoso vestido, diseño de Ofelia Aquino, quien le prestó atención a los detalles y su comodidad. Su tocado lo realizó Abel Morel y contó con flores de filigrana en juego con sus aros, ambos de Joyas Fió. Su ramo lo elaboró Ceci Canillas de La Floresta, con relicarios y las fotografías de sus abuelos, quienes la acompañaron desde el cielo.