AMOR SUBLIME

La historia de Giannina Laterra Vila Correa y Ramón Mallén Carrizosa comenzó en Barcelona, en 2021, cuando coincidieron en un vuelo desde Asunción rumbo a un máster. Sin saberlo, ese viaje sería el inicio de una nueva vida para ambos. Gracias a amigos en común, empezaron a compartir salidas, charlas y, poco a poco, lo que comenzó como coincidencia se transformó en algo serio. Fue durante un viaje a Portugal cuando Ramón le pidió a Giannina que fueran novios; así iniciaron una relación que duraría tres años antes de llegar al altar.

La propuesta de matrimonio fue sublime. Dos años después de aquel máster, regresaron a Barcelona para visitar a sus amigos. Ramón preparó una sorpresa especial: frente a la imponente Sagrada Familia, en un bar que Giannina siempre había querido conocer, rodeados de sus afectos, cómplices en esta hermosa conspiración, él le pidió matrimonio con palabras dulces y firmes. La respuesta fue un rotundo sí, y arrancaron los preparativos.

Uno de los pendientes más importantes de la novia fue encontrar el vestido perfecto. Sin una idea fija al comienzo, decidió viajar a San Pablo en busca de la tela ideal y confió en el equipo de Casa Cataldi para convertir sus emociones en diseño. El resultado fue un traje nupcial con encaje delicado, cuello halter, botones y un corte sirena muy sutil, que combinaba lo clásico con lo moderno.

Ese gran día llegó el 24 de mayo, en Es Vedrá. Giannina se preparó en su casa en San Bernardino, rodeada de recuerdos y emociones. Llegó a la iglesia en un Ford A de 1930, acompañada por sus tres hermanos. Aunque intentó mantenerse serena, las lágrimas la acompañaron desde la mañana. Pero, al llegar a la iglesia, cuando vio a su prometido, todo valió la pena. La ceremonia estuvo acompañada por sus padrinos: Ricardo Laterra Vuyk y Sueli Vila Correa; Ramón Mallén Spinzi y María Gabriela Carrizosa Pérez, quienes fueron testigos del amor que se consolidaba ante sus ojos. Luego del sacramento religioso, compartieron una elegante recepción en las instalaciones de Es Vedrá.

DETALLES

Con la organización de Camila Van Humbeeck, cada detalle fue cuidado con dedicación. La decoración, a cargo de Art Decor, logró un ambiente sencillo, elegante y profundamente significativo. El toque especial fue una pista de baile inspirada en las veredas de Barcelona, un guiño al lugar donde nació su amor.