
SIEMPRE JUNTOS
Hay amores que, sin previo aviso, irrumpen en la vida para cambiarlo todo. Así fue para María Sofía Irala Castagnino y Horacio Xavier Zuccolillo Mosciaro, quienes, tras ser presentados en un evento, sintieron una conexión que trascendería el tiempo. Esa primera chispa se transformó en dos años de un noviazgo en el que cada momento compartido construyó el camino hacia un futuro juntos.

La confirmación de que eran el uno para el otro llegó en La Pilarica, propiedad familiar del novio, diseñada por su madre, la arquitecta Gabriella Mosciaro. Allí, Horacio escogió hacerle a Sofía la pregunta que sellaría su destino. El sí, quiero de ella fue el eco de una promesa que ya habitaba en sus corazones y preparaba el camino para el gran día, que se celebró un año después en el mismo sitio.
El 10 de mayo pasado, la capilla Santa Teresa de Jesús —un sitio cargado de significado para Sofía y las madrinas Carla y Gabriella como exalumnas del colegio Las Teresas— se vistió de gala para la emotiva ceremonia, donde ella deslumbró con un elegante vestido de Rosa Clará, complementado por un peinado y maquillaje impecables de Lila Grassi y Fátima Lezcano Grassi, respectivamente. El ramo, obra de Pilar Zuccolillo, hermana del novio, y el velo, un diseño de Nicole Jacks, prima de la novia, fueron toques que resaltaron la belleza y el valor sentimental de su look.
Al compás de la armoniosa voz del Coro de los Bestard, se juraron amor eterno ante Dios. La celebración continuó en la Pilarica, hasta donde se trasladaron los recién casados y todos sus invitados. La velada estuvo llena de momentos memorables, como el primer baile de la pareja al ritmo de La edad del cielo, interpretada como emotiva sorpresa por Ale Valladares —familiar de María Sofía— junto a Gabriel Monzón, quien también amenizó la noche en vivo. La pista de baile vibró hasta el amanecer bajo los beats del DJ Christian Vázquez, que creó una atmósfera de pura celebración y alegría compartida.