AMOR DEL BUENO

Como en las mejores historias, cuando el destino a veces toma formas inesperadas, el amor de María Cristina Heisecke Paredes y Juan Martín Pfannl Brugada comenzó gracias a la feliz intervención de un tercero que ofició de cupido. Fue el mejor amigo de Juan quien, con intuición certera, orquestó el encuentro que encendería la chispa entre ellos. Esa primera conexión dio paso a un noviazgo de dos años y cinco meses, lleno de complicidad y cariño, que hoy celebra un nuevo y emocionante capítulo.

El inicio de esta etapa llegó el 29 de agosto de 2024. En la tranquilidad de la estancia familiar de Juan, rodeados de naturaleza y recuerdos, él sorprendió a Cristi con la propuesta, un momento íntimo que selló la promesa de un futuro compartido.

Luego de todos los preparativos planificados con mucho cariño por la pareja, el sagrado sí, quiero tuvo lugar el 14 de junio pasado en la iglesia San José. Para los novios, el momento más conmovedor fue su entrada al templo: ver a todos sus seres queridos reunidos, compartiendo su emoción, creó una atmósfera de inmensa felicidad.

Luego de recibir la bendición nupcial, la celebración continuó en el distinguido salón Óscar Pérez Uribe del Club Centenario, donde la magia de la decoración de El Depósito transformó el espacio en un ambiente de ensueño. La fiesta fue el reflejo de la alegría de la pareja. El DJ Hallam se encargó de la musicalización e hizo que la pista de baile fuera el epicentro de la diversión. Para los recién casados, la entrada al festejo y la oportunidad de bailar con sus canciones favoritas, rodeados del amor de sus invitados, es un recuerdo imborrable.

DETALLES

Cada momento fue inmortalizado por Julio Zárate en fotos y Creative Films en video, lo que aseguró que los detalles y la emoción permanecieran vivos. La perfecta ejecución de todo el evento fue gracias a la coordinación de Belén Fernández y Desireé Grillon, quienes cuidaron todo con profesionalismo. La cena la dispuso Talleyrand.

A PASOS DEL ALTAR

La previa de María Cristina fue en la calidez de su hogar, donde se preparó para este gran momento. Su belleza fue realzada por el talento de Fati Lezcano, hija de Lila Grassi, quien se encargó del maquillaje, y Zuny Vega, quien cuidó cada detalle de su peinado. El ramo, una obra de arte floral, fue creación de Juli Fiorio de Justflowers, mientras que el vestido y el velo tuvieron un significado aún más especial: fueron diseñados por la mamá de la novia, un toque de amor y complicidad familiar.