TARDE DE AMOR
La historia de amor de Sophia González Núñez y Mauricio Diego Jesús Velilla Rivarola nació en una casual reunión, donde un amigo en común los presentó. Desde ese primer encuentro, sintieron una conexión especial que rápidamente floreció en un noviazgo. Tres años fueron suficientes para conocerse profundamente, enamorarse y construir juntos un futuro lleno de sueños.
En una noche inolvidable, Diego sorprendió a Sophia con una propuesta de matrimonio que dejó una huella imborrable en sus corazones. Rodeados de luces cálidas y una atmósfera íntima, ella dijo que sí, y selló así su destino juntos. Tras meses de cuidadosa preparación, el gran día llegó el 26 de octubre. Es Vedrá, en San Bernardino, se convirtió en el escenario perfecto para celebrar su amor. La naturaleza regaló a los novios un atardecer espectacular, con una paleta de colores cálidos que pintó el cielo de naranja, rosa y violeta. El resplandor dorado realzó la belleza natural del lugar y creó un ambiente mágico para la ocasión. En la capilla San Gabriel, con el lago Ypacaraí de fondo, Sophia y Diego intercambiaron alianzas y pronunciaron el sí, quiero ante sus seres queridos. La ceremonia estuvo llena de emoción. Los padrinos: Adolfo González, Natalia Nunes, Teresa Rivarola y Pablo Velilla, acompañaron a los novios en este momento tan especial.
En su gran día, Sophia lució espléndida con un vestido diseñado por Stephanie Gosling, quien creó una pieza única, elaborada desde cero con pruebas y diseños minuciosos. Para complementar su look, Claudio Ferreira se encargó del maquillaje, y Sergio Alonzo trabajó su magia con el peinado. El ramo, una creación de Juli, de Just Flowers, era elegante y delicado, y el velo sencillo permitió que el vestido fuera el protagonista absoluto.
Tras la ceremonia, los recién casados y sus invitados disfrutaron de una elegante recepción. La decoración, a cargo de Adrián Aguirre, de We Do, superó todas las expectativas de los novios: un ambiente cálido y acogedor que reflejaba a la perfección la personalidad de ambos. Cada rincón del espacio estaba lleno de detalles cuidados y llenos de amor.
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