AMOR SIN FRONTERAS
Un intercambio de mensajes en Instagram se convirtió en un amor que trascendió fronteras. María Paz Segalés Espinosa y Juan José Bestard Cáceres, ambos paraguayos radicados en el exterior (ella en São Paulo y él en Barcelona), vivieron una historia de amor a distancia que los unió aún más. Tras dos años y medio de noviazgo, sellaron su compromiso en un romántico atardecer en Tava Glamping, con el lago Ypacaraí como testigo.
Con una cuidadosa planificación, la gran boda llegó en octubre último. La novia se preparó en el Hotel Villa María, donde la emoción y los nervios se entremezclaron. A pesar del pronóstico incierto, la jornada resultó radiante y serena. «Realmente fue el día que toda novia sueña», nos comentó la María Paz. Para esta fecha tan especial, eligió un elegante vestido halter de la firma española Yolancris, con cautivadores flecos y una espalda abierta que la dejó sin aliento desde el primer momento en que lo vio en una boutique de Madrid.
La ceremonia religiosa se celebró en la iglesia Nuestra Señora de la Asunción de San Bernardino. La novia hizo su entrada triunfal en un clásico Mercedes verde de 1957, acompañada por sus hermanos, quienes la entregaron a su padre en un emotivo momento. Al ver a Juanjo visiblemente emocionado en el altar, María Paz no pudo contener las lágrimas. «Quería llorar con él, pero me concentré en no correr el maquillaje», confesó entre risas. La ceremonia, oficiada por el padre Christian, fue una celebración llena de amor y espiritualidad.
La fiesta continuó en el Club Náutico de San Bernardino, donde los recién casados hicieron su entrada al ritmo de Da Ba Dee, de Eiffel 65, y bailaron su primer vals como esposos con la romántica canción Qué suerte tenerte, de Fonseca.
Así, rodeados de sus familias y amigos, María Paz y Juan José celebraron el amor y la unión. Fue una noche mágica que quedará grabada en sus corazones por siempre, un testimonio de que el cariño verdadero puede construir un futuro lleno de felicidad.