Viviana Goralewski Hempel y Ezio Tenace Ramírez dieron el paso más importante en su relación: el matrimonio ante Dios. La ceremonia religiosa tuvo lugar en la iglesia San Pío de Surubi’i, donde el padre Juan Pablo Catoggio, de Schöenstatt, ofició una misa muy emotiva. Durante el sacramento, Vivi y Ezio intercambiaron votos personalizados, y pronunciaron cada palabra con una sinceridad que conmovió profundamente a sus seres queridos y a todos los presentes. La celebración continuó en el Club Centenario de Surubi’i.
El decorador, Bruno Enmanuel, transformó el lugar en un escenario de ensueño. Con una temática atemporal y acogedora, la decoración combinó la pureza de las flores blancas con el verde del follaje y la calidez de las fibras naturales, un ambiente romántico y sencillo. En su gran día, Vivi optó por un diseño de Justin Alexander. En su manos portó un ramo de Just Flowers y un relicario heredado por su madre, que llevaba la foto de sus abuelos maternos, un objeto lleno de valor sentimental. Este gesto no solo honró la memoria familiar, sino que también le otorgó un carácter especial y entrañable a este significativo momento. Al llegar a la fiesta, los recién casados abrieron la pista con una coreografía inspirada en The Greatest Showman, que dejó a todos los invitados encantados.
Luego se sumergieron en un romántico baile al ritmo de Moon River, de la película Breakfast at Tiffany’s, como buenos fans del cine clásico. La fiesta siguió con más sorpresas preparadas por la pareja: en medio de la noche, personajes de Star Wars repar – tieron tragos a los invitados, mientras que Deadpool hizo una inesperada aparición para bailar junto a los novios al ritmo de Bye Bye Bye, de N’Sync.