DULCE AMOR
Larissa Fustagno Da Re y Pietro Fabrizio Sachero Samaniego sellaron su historia de amor en el altar de la Catedral Metropolitana de Asunción, el pasado 7 de setiembre. Tras una década de amistad y dos años de noviazgo, el vínculo entre Lari y Fabri se convirtió en una hermosa fusión entre la complicidad de amigos y la pasión de dos enamorados.
En su gran día, la novia se preparó en el Hotel La Misión junto a su hermana, cuñadas y dos de sus mejores amigas, en un ambiente íntimo y lleno de cariño. Lució un vestido de La Paix con un elegante escote palabra de honor, que complementó con un velo, elemento sorpresa diseñado por Tamara Maluff.
Lista, partió rumbo a su cita más importante. Lari, radiante, llegó a la Catedral en un auto descapotable, acompañada por sus hermanos Enzo y Luciano. La recibió su padre, y las campanas de la iglesia anunciaron su llegada.
Cuando se abrieron las puertas del templo, la melodía de Por ti seré, de Il Divo, envolvió el ambiente, mientras la novia avanzaba hacia el altar, donde Fabri la esperaba con la mirada llena de ternura. La ceremonia, oficiada por el sacerdote Julio Rojas, fue hermosa y emotiva. Entre suspiros y sonrisas intercambiaron alianzas. De esa forma, con sus seres queridos de testigos, Fabri y Lari se convirtieron en marido y mujer.
Tras el acto religioso, los recién casados hicieron una parada en el Cabildo y el Puerto para la sesión de fotos al mando de El Faro Bodas. Entre tanto, los invitados fueron hasta la fiesta en el Salón Pérez Uribe, del Club Centenario, para disfrutar de la previa y aguardar a los novios. Los nuevos esposos hicieron su entrada al ritmo de Santa Marta, de Luis Fonsi y Carlos Vives, y luego del vals, la pista se iluminó con fuegos artificiales. Un gran comienzo para un dulce amor.