Hay historias mágicas, como la de Belén y Thorsten, una paraguaya y un alemán que se conocieron en Barcelona, España, a través de unos amigos en común. Y por más que recorrieron diferentes lugares, parecían estar predestinados a encontrarse y enamorarse.

Cuatro años de noviazgo bastaron para saber que su amor estaba destinado a ser para siempre. Jens Thorsten Siefken sorprendió a María Belén Núñez Montiel con la propuesta de matrimonio en el viñedo Delaire Graff Estate, en Sudáfrica. Y cuando planeaban la boda de sus sueños decidieron que esta también sería en un viñedo, pero en Alemania.

El 5 julio pasado, Belén y Thorsten se encontraron ante el altar de Johanneskirche, en Eltville, Alemania, una iglesia neogótica construida a finales del siglo XIX. Allí pronunciaron sus votos ante sus familiares y amigos, quienes llegaron desde distintas partes del mundo, tales como Paraguay, Alemania, Colombia, Guatemala, México, Holanda, República Checa, Países Bajos, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, felices de ser testigos de esta historia.

Belén rememora los momentos más especiales de ese día, tales como: “La entrada a la iglesia del brazo de mi papá, y también cuando pronuncié mis votos en alemán, y Thorsten dijo los suyos en español”. Tras ser declarados marido y mujer, todos se trasladaron hasta el Relais & Châteaux Hotel Burg Schwarzenstein para disfrutar de la distinguida recepción. Antes de arribar a la fiesta, los recién casados participaron de una bellísima sesión de fotos al mando de Berenice Crosa y Julio Jiménez, para Desde el Alma.

Luego del increíble gran día, las islas del Índico, Seychelles y Mauritius, fueron los lugares escogidos para la luna de miel de ensueño.

DETALLES

Tanto el menú como la deco y la musicalización estuvieron a cargo de proveedores del país europeo. En cuanto al enlace civil, la pareja lo celebró en marzo pasado en San Bernardino, bajo la coordinación de Désireé Grillon y Yanina Figueredo.

BRIDE TO BE

Para su cita más especial, Belén lució espléndida y radiante. En la previa estuvo acompañada de su mamá, su suegra, hermanas y amigas más cercanas. Confió su peinado y maquillaje a la estilista Katharina Palzer. Su precioso vestido fue un diseño de Rosa Clará, Barcelona, y el velo de Magalí Rodríguez. El ramo que portó en sus manos fue elaborado por Drumherum. En el pelo llevó un tocado de Morel Atelier y en los pies, unos calzados de la firma Jimmy Choo. El toque final fueron las joyas de Bucherer.