AMOR DEL BUENO

El día de su boda, Gina Caló Caligaris despertó ansiosa muy temprano. No podía esperar a llegar hasta el altar para unir su vida a la de su gran amor, Ignacio Benavente Coronel. Se tomó un té para calmar los nervios y arrancó su previa en el Hotel Bourbon con su familia y algunas amigas.

Soplaban los primeros aires del otoño, el día estaba nublado pero sublime. La novia, a pesar de los nervios, disfrutó de los preparativos, lució un diseño de Romina Ruffinelli hecho a medida y para cumplir con la tradición llevó una cinta azul en su ramo, un collar prestado de su tía y unos aretes.

Gina e Ignacio fueron novios por cinco años y desde la primera cita sintieron que estaban hechos el uno para el otro, almas gemelas destinadas a continuar juntos el sendero de la vida. Ese amor tan lindo y apasionado los llevó a comprometerse en lo alto de las montañas del Parque Nacional de Yosemite, en California, Estados unidos.

 Tras los preparativos, la cita se concretó el 25 de marzo pasado en la parroquia La Piedad. Tras una breve espera, Gina llegó al templo deslumbrante en un vehículo deportivo, y acompañada de sus hermanos caminó hasta el altar, en donde la aguardaba su prometido, Ignacio, quien la recibió con un efusivo abrazo y un tierno beso en la mejilla. En el sacramento del matrimonio, oficiado por el padre Santiago Ferrero, la pareja se unió oficialmente ante el Altísimo, intercambiaron alianzas y prometieron guiar a sus futuros hijos en el camino de la fe.

 Al término, los nuevos esposos disfrutaron de una elegante recepción en Rakiura, junto a sus seres queridos. Pero antes protagonizaron una sesión de fotos en los jardines del lugar para el álbum de los recuerdos. Luego, entraron a la fiesta con toda la energía y la alegría. Solo pararon un rato a tomarse fotos familiares para, finalmente, distenderse y disfrutar a pleno de la fiesta con sus seres queridos.

DETALLES

La previa de la boda fue en los jardínes de Rakiura, junto a la piscina. De la ambientación se encargó el equipo de Art Decor, quienes cumplieron con el deseo de los novios de instalar unos pórticos en la entrada que acompañaran el paseo de los árboles y una deco cálida en el salón. La decoración quedó en manos de Désireé Grillon & Adriana Saccarello Event Planning.