PAULA MENDOZA

Para Paula, la orfebrería es como hacer pequeñas obras que se esculpen alrededor del cuerpo con materiales preciosos. Empezó creando piezas para ella y sus amigas, y todavía recuerda con cariño la primera: un collar de turquesas ensartadas. Se sintió cautivada por la idea de que las joyas son como esculturas en miniatura que uno puede usar, entonces se dedicó de lleno y abrió un atelier en Bogotá. Un año después hizo las maletas y, cargada de creatividad y muchas ilusiones, llegó hasta Washington DC, donde estudió Escultura en el Corcoran Art Institute y pudo construir una clientela privada que le permitió experimentar y ganar popularidad. Probablemente su fama empezó en agosto de 2013, cuando recibió un mensaje de Ty Hunter, uno de los estilistas de Beyoncé, y este le solicitaba sus joyas para la grabación del videoclip de la canción XO. A esta le siguieron otras celebridades, como Rita Ora, Kate Beckinsale y Sofía Vergara, quienes se convirtieron en fanáticas de la marca. La popularidad la llevó a aparecer en Vogue, Harper’s Bazaar, Elle, InStyle, W Magazine, entre otros, además de conseguir una portada en Allure, lo que estableció el reconocimiento de la joyería. Desde hace 15 años, Paula está radicada en Estados Unidos y vive en el lujoso y residencial Upper East Side. Muy cerca está su oficina, donde comparte piso con otros creativos como fotógrafos, artistas y pintores. En 2019, la revista Vo g u e la nombró una de las 20 latinas más influyentes en la moda en la región, y en el 2020 entró en la lista de 50 creativos Forbes.

Un logro tras otro, pero ¿dónde radica el éxito de esta latina que conquistó la Gran Manzana? Tal como se lo dijo a la editora de Vogue, Paula hace suyas las palabras de Serrat: “La única manera de ser internacional es ser profundamente provinciano”. Ella ama sus raíces y les rinde homenaje: por eso cree que llegó tan lejos. “Po r primera vez en la historia de los colombianos, nos estamos sintiendo orgullosos de ser indígenas, de decir con orgullo ‘yo soy indígena’”, afirmó en una entrevista al medio El Tiempo. La particularidad de las joyas de PM es que combinan las estéticas escultóricas y ancestrales con diseños contemporáneos. “Nuestras raíces orfebres son tan profundas que, si uno quiere ser un joyero en Colombia, tiene mucho material para inspirarse. El Museo del Oro es una parada obligatoria con un guía especializado”, declaró a Forbes. Su centro de operaciones aún está en Colombia, de modo que su marca se convirtió en un negocio familiar al que ha entregado su corazón y energía por más de 20 años. Su equipo de trabajo lo conforman mujeres jefas de hogar de barrios de Bogotá, y está convencida de que sin la ayuda de ellas, no sería nada. Al explorar y experimentar, Paula crea piezas hechas a mano, llenas de vida, que cautivan con su versatilidad y transmiten un mensaje de empoderamiento y fuerza. Combinar formas escultóricas con materiales preciosos y la excepcional artesanía colombiana ha sido su pasión, su religión y su estilo de vida.

 Amo tener una idea, pintarla, hacerla realidad y verla puesta en otras personas.

El entender que crear, diseñar, plasmar una idea en realidad es un poder muy hermoso. Nos inspiramos en las diferentes formas que adopta una joya y nos encanta la forma en que se puede jugar con ellas en muchos entornos.

Fueron muy duros, pero siempre divertidos. Nueva York es una ciudad a la que hay que llegar preparado para remangarse y ponerse rodilleras.

La verdad, ha sido muy increíble siempre. Pero todo fue a través de Instagram, con celebridades y blogueros que comenzaron a usar las piezas.

Te imaginás algo, lo pintás, lo ensayás y al final queda lo que querés.

Cobre, bronce, plata y oro. Conseguimos los materiales de manera ética. Para cada pieza y colección, existe una conexión mano a mano, con apoyo a la comunidad de de artesanos y creativos en Colombia. De esta manera, crecemos juntos.

 Los empaques y procesos que utilizamos. Nuestra dedicación a la calidad va más allá de los materiales. Buscamos hacer negocios conscientes en cada decisión, grande o pequeña.

Porque se esculpen alrededor del cuerpo, con materiales preciosos que se pueden llevar puestos.

En la técnica, combino el estilo artesanal colombiano con diseños innovadores.

El círculo, que también es parte de mi filosofía de vida y de negocios. Estéticamente lo utilizo como un componente destacado en cada una de las colecciones. Representa un símbolo universal de totalidad y movimiento, un equilibrio entre causa y efecto, al mismo tiempo que invoca la feminidad y la protección.

Una gran sorpresa llegar al mercado paraguayo, con los diseños inspirados siempre en la artesanía colombiana y en la innovación.

Está llena de vida y volumen, son piezas que cautivan por su versatilidad.

En el arribo de la marca a la joyería Della Poletti, Paula Mendoza estuvo presente para asesorar personalmente a las clientas. En todo momento denotó que su máxima prioridad era atender todas las dudas de las invitadas y hacerlas sentir especiales: esa es la esencia de Paula. Con una visión artística inspirada en sus raíces, cultiva conexiones y aprende un poco de las personas en todo el mundo.