FALLING IN LOVE
Gina Marcelli Esteche y Antonio Pecci Angulo posaban para las fotos oficiales de su boda en el jardín de Puerto Liebig; se miraban y era como si nadie más estuviera alrededor. Ambos encontraban su mundo en la mirada del otro, se dejaban guiar por alguna canción de la fiesta y, tomados de la mano, se declaraban el uno al otro. Gina y Tony se casaron muy enamorados la tarde del 12 de noviembre en la iglesia Santísima Trinidad. Esa mañana, la novia se despertó muy emocionada: finalmente su gran día llegó. Fue hasta La Factoría Hotel, lugar escogido para la previa, y allí ya la estaban esperando su mamá, su hermana, su cuñada y su mejor amiga. Con toda la ilusión vistió el traje de novia soñado, hecho realidad por su cuñada, Karina Pecci. Fue de tul totalmente bordado a mano con cristales y piedras; la diseñadora jugó con texturas, brillos y transparencias en la espalda.
Cuando llegó la hora, partió rumbo al templo con una emoción inmensa al saber que el amor de su vida la estaba esperando en el altar, al igual que toda la gente que más quiere. “Tony es muy especial, en nuestra primera salida ya me di cuenta de eso. Desde el día uno fuimos muy compañeros, amigos, nos apoyábamos en todo. Con el tiempo que pasamos juntos fui consciente de que era el indicado, y una relación se construye todos los días: hasta hoy seguimos creciendo juntos”, reflexionó la novia. Luego de recibir la bendición nupcial, Gina y Tony se dirigieron a Puerto Liebig, en donde fue la recepción. Entraron al civil con la canción Can I Be Him, de James Arthur, tema que él le había dedicado a ella cuando le propuso que fuera su esposa, durante un viaje que hicieron a New York. Finalmente, ya fuera de todo protocolo, abrieron la pista de baile con Caminar de tu mano, de Río Roma y Fonseca.