
UNIDOS ANTE DIOS
María Paz Díaz de Bedoya Ramírez y Javier Canillas Angulo eran unos adolescentes apenas cuando un amor puro y noble nació entre los dos. Se vieron por primera vez en la iglesia San José mientras ella estaba por hacer su confirmación y Javier era el encargado de dar la charla de preparación. Consolidaron su amor con siete años de relación y cuando estuvieron listos dieron el sí quiero en el mismo sitio donde se encontraron: la iglesia San José, frente a La Sagrada Familia. Lo curioso es que el día en que se conocieron se sacaron una foto en el lugar, sin saber que, 11 años después, harían lo mismo pero ya como marido y mujer.
La novia se preparó en la suite presidencial del Hotel La Misión con toda su familia, su mamá, hermanas cuñadas y algunas amigas, que le brindaron cariño y la hicieron sentir muy especial. A ella le encantan las tradiciones y no le faltó ninguna: en el ramo llevó una cinta azul que le regaló su hermana, Ale, cuando se comprometió, que llevó grabada en letras plateadas la frase Por siempre y para siempre; también agregó un relicario antiguo con fotos de su abuela Vicenta; y algo prestado: el velo que usó su hermana Belén con ligeras modificaciones. Llegó al templo en un Audi E-tron que decoraron con delicadas flores; etérea, bajó del vehículo enfundada en un vestido de Florencia Nicora y el escenario le pareció surreal. No podía creer que el gran día había llegado hasta que vio a su novio en el altar y todo se hizo realidad. Al finalizar el acto litúrgico, fueron a celebrar a Terrazas del Bosque.