ALEGRÍA SIN FIN

Ximena María García de Zúñiga Ruoti y Martín Eduardo Bertón Dolinsky unieron sus vidas en una hermosa tarde de sábado en San Bernardino. La pareja se conoció algunos veranos atrás en Brasil; en ese tiempo formaron una sólida relación de más de siete años, y compartieron sueños y proyectos, como el máster que hicieron juntos en España. Cuando estaban en Europa, aprovecharon para visitar algunos países como Italia, y así fue que en un romántico paseo por Venecia sellaron su futuro juntos, se comprometieron y luego de extensos preparativos, el gran día llegó el 10 de setiembre pasado.


La novia se preparó en Tatano Posada Boutique con su mamá, su suegra, su hermana, su mejor amiga y sus cuñadas. Cuando ya estaba vestida llegaron sus excompañeras de colegio y de facultad para brindar juntas y empezar la diversión. Xime vistió un diseño de Beverly Kuhl, con un tocado de Morel Atelier. Tal y como lo demanda la tradición, la novia usó un moño azul en el forro de su vestido, unos zapatos viejos y unos aros prestados de su mamá. Toda lista, se dirigió hasta la iglesia Nuestra Señora de la Asunción en un auto antiguo descapotable y descendió asistida por su padre para reencontrarse con su prometido en el altar.

Luego de la ceremonia religiosa, los novios brindaron con sus invitados en el Club Naútico San Bernardino. “Los dos nos propusimos disfrutar cada segundo de ese día, y así lo hicimos. Estábamos felices y nos gustó cada parte: la misa, la fiesta, todo. No paramos de bailar. Nos encantó ver a todos divirtiéndose y disfrutando”, recuerda la novia.

DETALLES

De la coordinación se encargó Camila Van Humbeeck, para Passio. La decoración fue trabajo de Yvo Gruhn, que realizó un estilo rústico con abundante follaje y un toque de flores blancas. El menú fue preparado por Patricia Bertón, hermana del papá del novio; por su parte, los dulces fueron de Cake Town, de Verónica Cuéllar, compañera de colegio de la novia.