AMOR DIVINO

Cada historia de amor es única e irrepetible. Pero la de Ana Laura Ayala Benítez y Carlos Codas Zavala es más que eso: es un regalo del cielo. Ambos enviudaron hace unos años y se conocieron en un grupo de jóvenes que atraviesan la misma situación. “Abrazamos nuestra historia y la seguimos escribiendo llena de un amor intenso, puro y verdadero”, afirma ella.

Después de compartir un hermoso día en familia en su casa de San Bernardino, Carli soprendió a Ana Lau con la propuesta de pasar el resto de su vida juntos, con sus hijos de testigos. Ella, conmovida y feliz, respondió con el anhelado sí, quiero. Los preparativos comenzaron de inmediato, y le confiaron la organización a Jessica Miralles.

Finalmente, la fecha llegó una cálida tarde de otoño. La parroquia Nuestra Señora de La Asunción, en San Bernardino, estaba poblada de seres queridos y el novio aguardaba ansioso a su prometida. Ella llegó sorprendente con un vestido diseñado por su suegra, Lidia Zavala, y confeccionado por Roquelina Villagra. Fue entonces cuando las miradas de ambos se encontraron en el altar para jurarse amor eterno.

El acto litúrgico transcurrió en medio de una conmovedora atmósfera donde Ana Lau y Carli intercambiaron risas y miradas cómplices, contentos de iniciar un nuevo capítulo como marido y mujer. A la salida del templo los invitados celebraron a los recién casados con aplausos, pétalos y buenos augurios. Luego, todos se dirigieron al Club Náutico San Bernardino, donde los aguardaba una gran fiesta planificada con mucho cariño por la pareja.

DETALLES

El Depósito se ocupó de crear el ambiente perfecto para el gran día de los novios en una fiesta al aire libre. El menú estuvo a cargo de Parú Familia, quienes montaron cinco estaciones con cada uno de sus restaurantes: Pez de Mar Dulce, La Provista, Pecadora, Patria y La Pastelería de Guadi. Flairs sirvió los tragos; la ambientación musical fue de Sol Codas y Marcelo, el DJ Hallam y Los Meketrefes.