BODA DE ENSUEÑO

Como en un cuento de hadas, lejano e idílico, así fue la boda religiosa de Paulina María Angulo Guanes e Iván Zavala Napout. La pareja ya se casó por civil el año pasado, fueron padres de Cruz y este mayo reafirmaron su amor ante el Altísimo, bien lejos del ruido de la urbe, a 230 kilómetros de Asunción, en el templo San Pablo de Caazapá, construcción de los franciscanos. La noche anterior a la ceremonia religiosa, los novios y sus familiares compartieron una cena en la casa del pueblo, Acera Pucú Casa de Indios. En ese mismo lugar, Paulina se preparó con su entorno y todo el equipo de Áva Club. La novia encargó su outfit nupcial a Gaba Esquivel para su firma Rue Mariscal. El traje fue confeccionado con telas de origen natural y bordado enteramente a mano por artesanos de Yataity.

Con un radiante sol, partió caminando hacia el altar, en donde la esperaban Iván, su hijito Cruz y todos sus invitados. La acompañó su papá, Rafael Angulo, y sus hermanas. Allí, en un emotivo sacramento, la pareja dio el sí ante Dios. La fiesta fue en la estancia en donde creció Teresa Barreto, abuela de Iván, un lugar con mucho valor sentimental para la familia, además de ser perfecto para el festejo al aire libre. La recepción fue ambientada por el equipo de El Depósito, que se valió del encanto del lugar, la impresionante vista al horizonte pleno y el verde de la zona para crear una celebración auténtica, divertida y mágica, tal como los novios soñaron.

DETALLES

De la organización del evento, el diseño de la fiesta y la logística se encargó el s t a ff de Jessica Miralles. Para capturar los mejores recuerdos de aquel mágico día estuvo el equipo de Julio Zárate. Salim Leyzman preparó el menú de la fiesta, mientras que el postre y la merienda quedaron en manos de Patricia Bertón; la barra de gin tonic fue de Lynch y a pedido de la novia se instaló una estación de clericó y sangrías de Catas Nómadas. En la noche, la fiesta fue muy animada con la agrupación musical Capitán Jones.