PROMESA DE AMOR

Esta pareja se conoció a través de amigos en común, quienes los presentaron y el flechazo fue definitivo. Lucía Acosta Campos y Federico Callizo Pecci se pusieron de novios en 2018 y, tras cuatro años de noviazgo, subieron de nivel la relación. La propuesta fue en un viaje a Miami, en Hollywood Beach, el 27 de mayo de 2021. Tras el rotundo sí, iniciaron los preparativos y en abril de este año concretaron la promesa de amor en la Catedral Metropolitana de Asunción. Lucía se preparó en Factoría Hotel. Una vez lista, partió rumbo al altar en un Citroën clásico de un intenso color rojo. Llegó a su cita más importante a las 15.00 puntualmente y la recibió su papá, Luis A. Acosta Montanaro. Las puertas de la iglesia se abrieron y el coro acompañó los pasos de la novia, con la canción Ave María. La imagen del novio esperando en el altar se quedó guardada en el corazón de Lucía, como ella misma admitió.

Tras la emotiva ceremonia, los nuevos esposos compartieron una elegante recepción en El Castillo de Remanso con el atardecer sobre el río Paraguay de vista principal. Como guiño a este majestuoso fondo, la decoración fue de estilo playero, en homenaje al lugar en donde se comprometieron. Óscar Guccione, en colaboración con Kenya Arte Natural, trajo la playa a la recepción: había paja, canastos de hojas naturales y un árbol que fue el centro de la fiesta. Al llegar a la pista del salón, Lucía y Fede bailaron su primera pieza como esposos, al ritmo de la canción At Last, de Etta James.

INSTÁNTES ÚNICOS

La novia lució perfecta en su día soñado. Marcia Samudio la maquilló y Giselle Inchaustti se ocupó del peinado. El protagonista de su look nupcial fue un diseño de Florencia Soerensen. “La idea del vestido era crear algo liviano con transparencias y colores desde el plateado hasta el blanco. El broche y el tocado con hojas y brillantes le dieron el toque final”, cuenta Lucía.

DETALLES

Los asistentes se deleitaron con el menú propuesto por Talleyrand, que consistió en salmón a las finas hierbas, rissotto de camarones, rissotto de hongos, papines, ñoquis de calabaza y más. La mesa de dulces llevó el sello de Sonia Giménez de Ruiz, en tanto que la coordinación de cada momento fue de Adri Saccarello.