LA SUERTE DE TENERTE
Un amor de toda la vida como el de Ashley Carson Chena y Fabrizio Manuel Salomoni Guanes, tan puro y sincero, solo tiene un final posible: el altar, al inicio de una familia. La joven pareja se unió en matrimonio tras cinco años de noviazgo; desde que empezaron con la relación bromearon con la fecha de la boda, y como profecía se cumplió la data que habían trazado entre risa y risa.
El gran día llegó en un parpadeo. Con las emociones a flor de piel, los novios se alistaron cada uno por su lado para encontrarse en el civil. “Cuando me desperté no podía creer que el día que tanto soñé llegó. Lo único que me preocupaba era llorar de felicidad y arruinar mi maquillaje, otro miedo no tenía; sabía perfectamente que casarme con Fabrizio era lo que yo más quería en este mundo”, admite la novia. Para su gran día, Ashley escogió un vestido bordado en pedrería y pétalos forrados a mano en tul francés. Se preparó en el salón privado de La Pelu Hair Studio: fue peinada por Alexis González y maquillada por Ámbar Mascareño. Antes de llegar hasta el civil, los novios hicieron un first look. Fabri permaneció de espaldas hasta que llegó su prometida y se dio vuelta para verla, ataviada y lista para el primer sí. “Sentí tanta felicidad, estaba tan agradecida con Dios, porque absolutamente todo había valido la pena. Al caminar hacia Fabrizio empezaba una nueva familia, y quién no quiere ser familia del amor de su vida”, recuerda ella. Acerca de ese momento, el novio menciona: “Al darme la vuelta me quedé sin palabras. Ashley no entendía por qué yo no hablaba. Ella estaba hermosa y a mí no me salían las palabras, pero al mismo tiempo estaba tan feliz que no podía parar de sonreír, y fue ahí cuando la abracé y todo el nerviosismo desapareció. Le agradezco a Dios porque todo salió perfecto”.
Tras firmar la libreta de familia, disfrutaron de una gran fiesta, documentada por el staff de Julio Zárate. El civil y la recepción fueron en la casa de la familia de Ashley. Unos días después, la pareja viajó hasta Punta Cana para reafirmar su amor ante Dios.