LA VIDA JUNTOS

Tomados de las manos, felices y con el corazón latiendo fuerte de la emoción, Marian Coronel Yambay y Sebastián Rojas Mena se dieron el sí, quiero que tanto habían anhelado, en octubre pasado, durante una hermosa tarde de sábado.

Se conocieron hace varios años gracias a una prima de ella, quien los presentó y desde entonces quedaron flechados. Así comenzó su camino juntos y tras siete años de noviazgo llegó la gran propuesta. El 8 de agosto de 2020 fue la fecha que él escogió para pedirle matrimonio. Decoró el quincho de su casa y la invitó a una merienda pero, sin querer, ella descubrió el anillo y la pregunta fue un poco antes de lo planeado.

Los preparativos del gran día iniciaron, y luego de un año y un par de meses se citaron en la capellanía Virgen de la Asunción. Acompañada de su padre, Guido Coronel, Marian se dirigió hasta su prometido para pronunciar sus votos de amor. Luego de recibir la bendición nupcial, el templo se colmó de aplausos para los recién casados y una lluvia de pétalos de rosas blancas se anticipó a las felicitaciones que se hicieron en el atrio de la iglesia. Más tarde, los nuevos esposos compartieron con sus invitados una elegante recepción en Las Takuaras.

Al llegar, bailaron afectuosamente la canción Ella es mi fiesta, de Carlos Vives, y dejaron en evidencia sus emociones, ante la ovación de los presentes. Todo resultó como Marian y Sebastián habían soñado: fue una boda mágica y muy divertida. La coordinación recayó en manos de Diana Plaz, del staff de Las Takuaras.

DETALLES

Elvira Llano Deco Group se destacó en la decoración de la fiesta. Los invitados se deleitaron con la previa de antipastos, el bufé americano y la merienda que los chefs del Talleyrand prepararon para la ocasión. La música y la diversión estuvieron a cargo del DJ Hallam, el grupo Mente Nativa, Fabio Araújo, Chirola Ruiz Díaz y los Meketrefes. Al finalizar la fiesta se sirvieron pizzas de Bruno Peroni y Love Cook.

EL VESTIDO SOÑADO

En la feliz ocasión, la novia lució un traje muy especial creado por Ilse Jara White. “Las dos sabíamos que queríamos un vestido diferente y algo arriesgado. Durante el proceso, juntas íbamos probando opciones de texturas y elementos para elegir lo que más nos gustaba. Pero en casi todo le dejaba que haga lo que más le parezca a ella porque me encanta todo lo que crea. Hasta en los días previos fuimos agregando y sacando cosas. Lo mismo con el tocado, el ramo y el velo. La verdad, fue muy emocionante”, relata Marian. El resultado fue una pieza de impacto creada artesanalmente. Para complementar su look nupcial encomendó su maquillaje y peinado a su amigo Guille Fridman. Una vez lista posó para los flashes de Julio Zárate.