UNIDOS POR AMOR

María Inés Daher Báez y Sebastián Luis Caballero Mendoza se conocieron por medio de una amiga en común. Lo que no imaginaron fue que ese día estaban de cara al amor que los llevaría a comprometerse para toda la vida. Luego de un noviazgo de cuatro años y medio, llegaron a las puertas del Obispado Castrense por separado y salieron como una familia.

El 18 de setiembre Inés despertó nerviosa y emocionada porque todo fuera perfecto. Contenida por su mamá, sus hermanas y tías, se preparó en la comodidad de su casa. De cerca la acompañó y asesoró su hermana Karen Daher, que confeccionó su traje nupcial, de tipo strapless evasé, de línea romántica, confeccionado en tul bordado y crep de seda con plisado en tul italiano, que complementó con un sobrevestido mangas largas. En el ramo llevó el rosario de su hermana mayor, una tradición en la familia, ya que lo usaron todas ellas. También portó una cintita azul y usó un zapato viejo.

 Lista, emprendió su camino al templo en un Rolls Royce del 79. A las 12.00 llegó a su boda y radiante bajó del auto asistida por su padre, Domingo Daher, que le dio un tierno beso de buenos deseos antes de que abrieran las puertas de la iglesia. Sebastián Castelo interpretaba Hasta mi final, de Il Divo, mientras Inés se dirigía al altar. Una inmensa sonrisa se dibujó en su rostro al ver al novio y este no consiguió contener sus lágrimas de emoción. Al término de la ceremonia oficiada por el padre Cristopher Aki, los nuevos esposos mostraron orgullosos sus alianzas a los presentes.

El paso siguiente fue oficializar la unión ante la ley. En una distinguida ceremonia civil en los jardines de Rakiura, firmaron el acta de matrimonio. Los nuevos esposos ingresaron a la recepción con la canción No hay nadie más, de Sebastián Yatra, y bailaron abrazados para luego dar paso al tradicional vals. Así, iniciaron un nuevo comienzo en su historia de amor.

DETALLES

Adrián Aguirre, de We Do, se encargó de la ambientación, de inspiración rústica con toques de madera, mucho verde y orquídeas blancas. La jueza Norma Romero oficializó la ceremonia civil, en tanto la organización quedó en manos de Belén Fernández, del staff de Désireé Grillon & Adriana Saccarello Event Planning.