DESTINADOS A AMARSE

Existen fuerzas en el universo difíciles de explicar, y una de ellas es el destino. Pilar Cáceres Escobar y Fernando Rivarola Angulo son testigos de eso. Ambos tenían muchos amigos en común para presentarlos, pero se encontraron inesperadamente en Londres en 2018, cuando viajaron para hacer sus respectivos masterados en distintas universidades.

Ellos estaban destinados a amarse; entonces, cuando cruzaron miradas en aquella bella ciudad se enamoraron completamente el uno del otro. Aquel sentimiento era verdadero y sabían que querían estar juntos por siempre. La propuesta llegó en setiembre de 2020, al año de ponerse de novios. Nando preparó todo a escondidas de Pili, y los familiares de ambos fueron cómplices. Un finde que fueron al campo, anduvieron a caballo los dos solos y, cuando regresaron, todo estaba listo para sorprenderla. Ella, emocionada, dio el sí, quiero.

Entre preparativos y planes para el gran día, el tiempo pasó volando. La novia se preparó en un lugar muy especial para ella, la casona de sus bisabuelos paternos, un lugar con muy lindos recuerdos y gran valor emocional. Allí se enfundó en su vestido soñado. “Un modelo sencillo con una tela de trama tipo red y que no sea blanco”, fue lo que Pili pidió a Ilse Jara, quien lo interpretó a la perfección. En sus manos llevó un ramo de Vita Rosa y emprendió la marcha nupcial hacia la iglesia San José, donde la esperaba ansioso Nando elegantemente vestido con un traje de Gilardini.

Ante las personas más significativas de sus vidas, familiares y amigos, los novios intercambiaron emocionados sus votos y se juraron amor eterno ante Dios. Tras la ceremonia religiosa, el festejo continuó en Quinta Sosa, lugar donde la pareja disfrutó de su primer baile como marido y mujer. Se dedicaron la canción Last Train to London, de Electric Light Orchestra. Este y otros momentos de la boda fueron capturados por Raúl Villalba, para El Faro Bodas.

DETALLES

La decoración de los jardines de Quinta Sosa fue dispuesta por las chicas de El Depósito, de acuerdo con los deseos de los novios de un ambiente fino, distendido, sencillo, con elementos naturales secos y con la intención de generar la menor cantidad de residuos posible. El variadísimo catering, la mesa de merienda y el pastel de bodas corrieron por cuenta de Patricia Bertón. La coordinación fue de Lo de Nacho.