SUEÑO CUMPLIDO

Andrea Zaballa Velázquez y Pablo Alcaraz Fernández tenían tan solo 15 años cuando una amiga en común los presentó, pero la vida les daría otra oportunidad de reencontrarse. Ya en la facultad, volvieron a cruzar caminos y el destino dictó sentencia: construyeron su relación por ocho años hasta que fue el momento de dar el siguiente paso.

En las vacaciones familiares de 2020 en Punta del Este, Pablo encontró el momento oportuno y perfecto para la propuesta. Camino a la playa San José, pararon a hacer unas fotos en uno de los lugares favoritos de Andrea y mientras contemplaban el sublime paisaje, él le pidió que sea su esposa. Sin dudas, ese fue el viaje más inolvidable para ambos.

A la vuelta, los prometidos iniciaron todos los preparativos; en agosto pasado, Andre y Pablo intercambiaron alianzas en la iglesia San Rafael. La deslumbrante novia llegó puntual a su cita y fue recibida por su abuelo Arnaldo Velázquez Durañona. Entrar al templo y ver a todos sus familiares y amigos reunidos representó una alegría inmensa para ella. Fue así como, finalmente, después de postergar su boda por casi un año debido a la pandemia, la pareja cumplió con el sueño de unir sus vidas para siempre.

Andre lució un vestido de dos piezas hecho por Beverly Kuhl, confeccionado con base de crepé tentación superpuesto y un chaleco de flecos, que acompañó con un tocado de Lesley Litchfield. En sus manos portó un ramo muy especial, pues tenía una plaquita en honor a su abuela Isabel y un rosario, regalo de sus abuelos maternos por su primera comunión.

 Luego de la bendición nupcial, la segunda cita tuvo lugar en el Club Centenario de Surubi’i. Allí, los recién casados se sintieron muy felices y a gusto junto a sus seres queridos, gracias a la ayuda de Valentina Pangrazio para The Vow, quien los acompañó desde el primer momento. Las postales del gran día fueron tomadas por Raúl Villalba, de El Faro Bodas.

DETALLES

Rachi Garcete decoró el salón de forma elegante y clásica, con luces tenues y mucho verde. Talleyrand dispuso el menú para los asistentes, y Mix It preparó los tragos. La mesa de dulces se montó con bombones de Barroco Chocolates y el pastel de bodas también llevó el sello de Talleyrand. Por otra parte, el DJ Hallam se encargó de musicalizar la fiesta.