AL COMPÁS DE PAULA

Si Paula Sosa González fuese una melodía, sería alegre y contagiosa. Su risa tiene compás y sus pasos siempre encuentran el ritmo. Ella es bailarina desde pequeña y en su camino creó un montón de amistades, que le tienen mucho cariño. Por esa razón, cuando llegó el gran día de su quinceaños en Talleyrand Villa Morra, el ambiente prometía ser uno solo: pura emoción, celebración vibrante y mucho baile.

La velada comenzó más temprano, con una misa en la iglesia San José, donde Paula, acompañada por sus padres Armando y María Soledad, dio gracias al Altísimo. Para la especial ocasión, la joven lució un vestido creado por Stephanie Gosling, hecho con tul bordado, flores diminutas y hojas que parecían moverse con ella.

Más tarde, apenas cruzó la puerta del salón, vio su sueño materializado. El lugar fue decorado por Karen Dalles, con el concepto de esencia tropical, con colores vibrantes, flores exóticas y una energía contagiosa, pensada especialmente para la quinceañera. El corazón de la noche fue el vals. Paula bailó primero con su papá y bastó una mirada entre ambos para que el tiempo se detuviera. Luego vinieron los abuelos, y las lágrimas de emoción se mezclaron con los aplausos. “Fue difícil creer cuán rápido pasa el tiempo”, admitió emocionado su padre.

Cuando el ambiente parecía inmejorable, llegaron dos sorpresas: al terminar el canto de Cumpleaños feliz, las amigas de Paula irrumpieron en la pista con unas remeras especiales en honor a ese día y la rodearon en un abrazo colectivo lleno de cariño. Inmediatamente después se reveló la segunda: el show de los DJs Gianluca y Matías Lozano. En ese instante, ella lo supo: su felicidad no podía ser más completa.

DETALLES

Detrás de cada detalle estuvo el impecable trabajo de María Fernanda Urbieta Sitjar y todo su equipo de La Cirera. Mientras los adultos disfrutaban de un menú preparado por Talleyrand, con delicias como carpaccio, mariscos y pastas, los jóvenes tuvieron su propio festín de lomitos, papas fritas y pizzas. La barra de tragos de Sun Mix, con su formato 360, fue el punto de encuentro de los brindis.