
UNA FIESTA ONÍRICA
El sábado 6 de setiembre, el salón La Fábrica de Puerto Liebig se vio envuelto en un escenario onírico con globos aerostáticos dorados, iluminados por cientos de luces que brillaban como estrellas. Era la fiesta de Josefina Harrison Manzoni, quien celebró la llegada de sus 15 años rodeada del cariño de sus seres queridos.

Al cruzar las puertas del salón, Josefina quedó impresionada. “Fue muy emocionante, no podía creer que era mi fiesta. Estaba todo tan hermoso, mucho más de lo que había soñado”, contó. Los padres, Aldo Harrison y Mariángel Manzoni, la miraban con una mezcla de gratitud y nostalgia. “Gracias por la vida y la salud de nuestra hija, ¡y qué rápido pasa el tiempo!”, fue lo que pensaron al verla vestida de quinceañera, deslumbrante, lista para vivir la noche más especial de su adolescencia.
Primero protagonizó su sesión de fotos, para que los recuerdos no solo estén en el corazón sino también en el álbum familiar. Luego recibió a sus invitados, quienes rápidamente fueron llenando el gran espacio. Por fin llegó el momento central de la noche: el vals con su papá, hermano y abuelos. “Ese instante quiero conservarlo para siempre, porque es mi fuente de cariño inagotable”, confesó Josefina con ternura.
Entre risas y complicidad, el festejo avanzó con la música de los Lozano y Pipo Pineda. Así, en medio de abrazos, música y luces, Josefina ratificó que la verdadera magia no estaba solo en la gran fiesta, sino en la presencia de quienes ama: “Lo que más disfruté fue tener a todos mis amigos y amigas conmigo”.
