INSTANTE ETERNO

Existen sucesos que, aunque casuales, marcan un antes y un después en la vida. Así les sucedió a Nicole Genit Gonzales Daly y Juan Esteban Silva cuando se conocieron, presentados por unos amigos en común, hace más de dos años. En aquel encuentro, surgió de manera espontánea una conexión muy fuerte, a la que le siguió un amor sincero que los encaminó al altar.

 De vacaciones en Sudáfrica, de visita a su familia y convencido de que encontró a la mujer indicada, Checo –como le dicen los suyos– organizó una romántica pedida de mano para Nicole. Mientras paseaban por el Cabo de Buena Esperanza, se arrodilló y le confesó las ganas que tenía de que pasasen el resto de sus días juntos; ella, sorprendida, le dijo que sentía lo mismo.

 Los preparativos comenzaron de inmediato a su retorno a Paraguay, y entre varias fechas tentativas, el gran día finalmente se dio en la cálida mañana del viernes 4 de setiembre. La ceremonia fue celebrada en la iglesia Santísima Trinidad, donde familiares y algunos amigos asistieron, con la presencia virtual de otros seres queridos.

 La suya fue una boda aunque íntima, muy acogedora. Los novios fueron despedidos de la iglesia con una lluvia de confeti de colores y globos blancos para festejar su amor. Este y otros momentos de aquella emotiva jornada fueron capturados por Berenice Crosa, para Desde el Alma. “Fue un casamiento distinto al que imaginamos, pero no cambiaríamos nada, porque el cariño de los nuestros se sintió todo el tiempo”, recuerda feliz Nicole.

DETALLES

Tras la misa, los recién casados y sus invitados compartieron un distendido almuerzo en Factoría Hotel, ambientado románticamente por Rossana Ortiz con delicadas flores frescas en cada rincón. Allí, Nicole y Checo se dedicaron la canción Disfruto, de Carla Morrison. Todo resultó mejor de lo soñado gracias a Nati Enciso, encargada de la organización y coordinación.