ADRIANA PETERS

La maternidad se le presentó a Adriana Peters como una gran ilusión desde el día en que decidió formar una familia. Y cada vez que la encontró en distintas etapas de su vida, llegó para sumar una inmensa alegría que no había experimentado antes. Cada uno de sus hijos fue muy deseado y esperado. Con la llegada de Giuliano (16), Mauricio (13), Mateo (9) y finalmente Bárbara (1), comenzó a disfrutar más de las pequeñas cosas que, aunque sencillas, llenaron de vitalidad su corazón.

La dulce espera es una experiencia completamente distinta para cada mujer, e incluso podríamos afirmar que es diferente con cada hijo o hija. Para ella fue realmente de disfrute, pues nos relata que cada una fue sana y tranquila. “Fueron embarazos espléndidos, sin complicaciones. Realmente fue un placer, un momento único que no quería que acabase. Aunque con la nena sí sentí algunos malestares, pero nada que la felicidad no pueda superar”, afirma.

Aproximadamente dos años atrás, la rutina de Adriana atravesó un profundo cambio con la noticia de que una nueva integrante en la familia se encontraba en camino después de nueve años del nacimiento de su último hijo. Así fue como a la vez nació una nueva madre en ella. “¡Fue una revelación! ¡Una fiesta total! ¡Una explosión de emociones! Hace mucho tiempo que deseaba tener un cuarto hijo, y para completar fue una mujercita. Nunca pensé ser madre de una niña y menos después de tres varones. Así llegó a nuestras vidas la pequeña Barbie”, nos cuenta.

 Aun ante el desborde de ternura que le provocaba su hija, su bienvenida supuso un reto nada fácil: el de reorganizar sus tiempos y prioridades, pues sus chicos ya adolescentes demandaban mucha atención con sus actividades y Barbie tenía otras necesidades completamente opuestas. Fue una etapa que supo llevar adelante con su sensibilidad, responsabilidad y compromiso, virtudes que la definen como persona y que han ayudado en su vínculo de amor incondicional con sus hijos.

Ante nuestra curiosidad sobre su relación con sus varones, Adriana no tarda en responder: “Simplemente maravillosa. Mis hombrecitos son pura nobleza”, mientras que con la más pequeña del hogar todo fue diferente; sintió espontáneamente una conexión reveladora y encantadora a la vez que atribuye a la gran empatía femenina que comparten.

Con la autenticidad y el amor como valores universales, Adriana cree que sus fortalezas como madre le han ayudado a ser una mejor versión de ella misma y no viceversa. “Estoy convencida de que la maternidad es la mayor fortaleza de la mujer”. A continuación, nos  cuenta algunas de sus múltiples interpretaciones acerca de ser mamá.

NUEVOS PROYECTOS

Existen bastantes mitos preconcebidos sobre cómo ser madre. Adriana nos confiesa haber derribado personalmente dos fundamentales: “Número 1: ‘Después de que una tiene hijos, disfruta menos la vida’. Esto no es cierto, a mí me tocó personalmente viajar y gozar más al lado de ellos. Número 2: ‘Los hijos interfieren en el físico de la madre’. Esto no sucede si una continúa cuidándose; es más, ellos nos embellecen”.

En algunas ocasiones, hay un miedo latente al concepto de “convertirse en madre”, que surge ante el temor de perder la identidad propia. Desde su primer bebé, Adriana no prestó atención alguna a esto, pues ella ve que sus hijos han complementado su vida más de lo que podrían haberla cambiado. Su secreto radica en no dejar de lado sus rutinas de belleza, su espacio personal y, por sobre todo, su pasión por la moda; sino adaptarlos al presente y a lo que necesita en esos momentos.

ESTOY CONVENCIDA DE QUE LA MATERNIDAD ES LA MAYOR FORTALEZA DE LA MUJER

Por otro lado, a Adriana le encantaría que todos sus hijos e hija conserven sus valores; y no solo los suyos, sino también los que vienen de generaciones previas, que absorbió de su madre y su abuela. Para su pequeña, desea que en los años venideros ella se convierta en una persona sencilla y de gran corazón. “Barbie vino para hacerme cumplir todos mis sueños a su lado”, afirma, pues la pequeña fue quien la inspiró a hacer realidad un deseo muy suyo.

Fueron ella y las ganas de rescatar el valor de la maternidad quienes la motivaron a crear un espacio en Instagram, con el cual entusiasmar a todas aquellas que sueñan con ser madres, aquellas que lo serán por primera vez y aquellas que se reinventan con la llegada de otro bebé. “Quiero inspirar a esas jóvenes que piensan que dejarán de disfrutar a causa de sus hijos y también a todas las mujeres maduras que sientan aún el deseo de ser madres pero que tienen miedo”, señala.

Este proyecto nació del simple deseo de celebrar la maternidad y de las ganas de compartir sus vivencias sobre las distintas etapas en las que fue convirtiéndose en mamá de Barbie, desde su concepción, pasando por su gestación, hasta la crianza y los aprendizajes a través de las ocurrencias de la niña de sus ojos.

“Con esta cuenta busco informar, dar aliento y divertir a las mujeres en todo lo referente al universo maternal. Tocó temas diversos que van desde salud hasta moda. Y, por supuesto, mostrar día a día mis aventuras con la pequeña Barbie”, comenta emocionada.

Consciente de que la maternidad es un constante cambio en el que una desaprende todo lo aprendido, ella busca brindar a otras madres un espacio reconfortante donde puedan identificarse y también sentirse realizadas en este ámbito de su vida, así como ella lo está. “Creo que el inmenso amor es lo único natural en ser mamá, el resto se debe aprender. Este es un largo pero hermoso aprendizaje que me gustaría compartir”, argumenta.

Las expectativas con este nuevo paso que Adriana dará son de mucha ilusión y espera que el proyecto @barbarapeterstyle vea la luz muy pronto. “Me encanta la idea de alegrar a todas las mujeres que como yo hacen, de ser madre, un estilo de vida. Ponerle a la página un toque de encanto y fantasía para permitirnos soñar un poco y amenizar nuestro día a día en esta difícil pero apasionante tarea de ser mamá”, finaliza.