LOVE IS STRONGER
Dicen que el amor siempre es más fuerte, y sin dudas esto es algo de lo que Betharram Abente Marinoni y Diego Báez Cristaldo pueden dar fe. El destino hizo de las suyas para juntar sus caminos, pues se conocieron en Italia en 2015, cuando fueron de viaje, cada quien por su lado, para realizar un curso de idioma. Desde entonces se volvieron inseparables, y luego de compartir una relación por cinco años, Diego sorprendió a su novia pidiéndole matrimonio.
La propuesta fue en Bariloche, Argentina, durante un viaje familiar y en medio de un romántico paseo por el bosque de Arrayanes. Diego sacó el anillo, le hizo la esperada pregunta y al poco tiempo los preparativos para ese día comenzaron. Si bien la situación actual los tomó por sorpresa, como a todos, y los mantuvo distanciados, la esperanza de que llegara el momento de unir sus vidas para siempre estuvo intacta. «Planeamos la boda cinco meses antes del covid, lo que no pudo ser, y estuvimos otros tres meses calculando las fases», recuerda la novia.
El gran día finalmente llegó el pasado 27 de junio y la capellanía Virgen de la Asunción fue el lugar que Betha y Diego escogieron para reencontrarse, intercambiar alianzas y pronunciar sus votos de amor tras el confinamiento. Cumpliendo con uno de sus deseos, la ceremonia fue celebrada en la mañana de ese sábado y las emociones, inevitables, quedaron registradas gracias a Berenice Crosa, para Desde el Alma Fotografía. La celebración transcurrió emotiva y bastante amena. Los novios, firmes en cuidar a los suyos y a los demás, solo estuvieron acompañados de sus padres, hermanos, abuelas y madrinas.
«Nos sentimos más cercanos que nunca a la familia y amigos. Transmitimos por Zoom la ceremonia y sabíamos que nos acompañaban todos. Pero al salir, no teníamos idea de que estaban en sus autos viéndola desde fuera. No voy a poder agradecer nunca que haya sido mejor y más especial de lo que hubiese sido en tiempos normales», recuerda con emoción la novia.