UNIVERSO PROPIO
Hay momentos que quedan para siempre en la memoria y en el corazón. Para Micaela Arnold Meyer, uno de ellos fue su quinceaños, celebrado en el Talleyrand Costanera el 3 de octubre pasado. El día anterior, había conmemorado su cumpleaños con una misa en Oblatos de María. Rodeada de sus seres queridos, la calma espiritual sirvió como un delicado contraste para lo que vendría después: la gran recepción. El evento, meticulosamente orquestado a lo largo de un año y medio por el amor y la dedicación de sus padres, Juan José Arnold y Silvia Meyer, se convirtió en una linda realidad.

La magia cobró vida ese sábado cuando la agasajada cruzó la puerta del salón y se encontró con un jardín suspendido, creado por Ariel Rodríguez. Con lirios en cada rincón, geometrías modernas flotando en luces suaves, texturas que oscilaban entre lo urbano y lo natural, el decorador creó un universo propio para Mica.
Esa velada mágica, la quinceañera deslumbró con un elegante diseño de Loli Giménez. Sus padres la observaron en silencio cómplice, pensando con orgullo que estaba sencillamente «hermosa para disfrutar su noche». Ellos atesoraron el vals como el momento más significativo, una escena donde tres generaciones —Micaela, su padre y su abuelo— se enlazaron en una fluidez mágica al compás de la música. Luego de cumplir con todos los protocolos de la fiesta, Mica disfrutó al máximo cada momento.









