HAPPILY EVER AFTER

La historia de María Liliana Fretes Vierci y Marcelo Ignacio Rubiani Aranda comenzó en la adolescencia, cuando cruzaron miradas por primera vez en un retiro espiritual. Desde que aquella chispa nació entre ellos, el amor no hizo más que crecer durante toda una década, hasta que, el sábado 14 de junio, sellaron su amor en la parroquia San Lorenzo de Altos.

En diciembre de 2024, Marce le pidió a Lili un favor especial: que lo acompañara a Miami para un viaje de trabajo. Sin embargo, lo que prometía ser un ambiente de negocios y reuniones, se convirtió en un roadtrip en Palm Beach. Allí, una romántica cena para dos los esperaba en la playa, pero la sorpresa más grande llegó cuando Marce se puso de rodillas y, anillo en mano, le preguntó a Lili si deseaba ser su compañera de vida.

Entonces, comenzó un frenesí de emociones. Liliana confió el diseño de su traje de novia a Romina Ruffinelli. La conexión entre ambas fue instantánea, tanto que el resultado superó sus expectativas. El velo de aires clásicos destacó por la sofisticación de su simpleza, tal como la novia y la diseñadora querían.

En cuanto a la selección del ramo, Lili tuvo una reunión con Florencia Roa, dueña de La Efe, quien la asesoró en todo momento. Así, destacaron unas rosas inmaculadamente blancas como un tierno símbolo de este nuevo comienzo.

 El momento más emocionante fue la entrada a la misa. Amigos, familiares y seres queridos contuvieron la respiración por un segundo cuando Lili ingresó a la antigua parroquia al son de la Marcha nupcial para dar el sí ante Dios.

Esa misma noche, la celebración tuvo lugar en Es Vedrá, con la organización del evento a cargo de Adriana Saccarello, quien logró capturar en el ambiente la energía romántica y alegre de Marce y Lili.

DETALLES

Óscar Guccione se lució con la imponente decoración de la fiesta: una inmensidad de velas y flores exuberantes, rosas rojas y luces cálidas que evocaron el esplendor de los palacios antiguos. La mesa de dulces estuvo a cargo de Sonia Ruiz y, para la cena, Talleyrand propuso una mezcla de cocina en vivo y mesas puestas. El plato de fondo consistió en una selección bufé con los sabores favoritos de los novios, y, para fin de fiesta, se sirvió una mezcla de guisos, vori vori y variedad de empanadas.

Un instante íntimo

La previa de la novia tuvo lugar en un rincón de San Bernardino que ella ama profundamente: el Hotel Villa María. Allí, Alexis González fue el encargado del peinado, y Ámbar Mascareño, su dúo dinámico, resaltó la belleza natural de la novia con su make-up. Este proceso fue un momento íntimo que Lili compartió únicamente con su mamá, su suegra y sus hermanas.