UNIÓN DIVINA

El sol descendía en el horizonte, y Cafayate, Argentina, se transformó en el escenario perfecto de un momento inolvidable para Mariana Gavilán Wild y Lucas Francisco Abente Benítez. En la intimidad de una finca rodeada de naturaleza, el instante fue ideal para una propuesta de compromiso.

Lucas le pidió a Mariana que compartiera con él el resto de sus días. Solo el silencio del atardecer y un amor profundo fueron testigos de su promesa.

Luego de minuciosos preparativos, la boda se llevó a cabo el 3 de agosto pasado, cuando la pareja selló su amor en la iglesia San Pío, de Surubi’i. La ceremonia, sublime y emotiva, fue un reflejo de los 11 años de noviazgo que culminaron con este broche de oro, un sí en el altar ante todos sus seres queridos como testigos, en especial los padrinos: Jorge Abente y Amparo Benítez; Carlos Wild y Rachel Gavilán.

En su gran día, Mariana lució un vestido diseñado por Madera Benítez, que complementó con un ramo de Laefe. Luego del sí, quiero, los recién casados protagonizaron su sesión de fotos al mando de Bere Crosa, para Desde el Alma.

La celebración continuó en el Club Centenario de Surubi’i, donde cada detalle fue cuidadosamente pensado para reflejar la esencia de los novios. La decoración, a cargo de Fressia, transformó el lugar en un espacio elegante y acogedor.

Cuando entraron a la fiesta, el primer baile de casados fue con la canción Linger, de la banda irlandesa The Cranberries. Mariana y Lucas habían pasado un año en Irlanda, y la elección de este tema fue un tributo a esos días compartidos en la isla esmeralda. Lo que quedó fue disfrutar al máximo de la gran fiesta, con DJ Aya en los controles de la selección musical y toda la energía de los invitados.

DETALLES

La coordinación de Chiara Castagnino aseguró que cada momento fluyera con naturalidad y perfección. El menú, preparado por Marta Helena, deleitó a los invitados con una selección exquisita de platos. La mesa de dulces fue obra de LF Dulces.