UN SÍ PARA SIEMPRE
María Silvia Cabello Talavera y Aldo Echeverría Martínez se conocieron en Lá Nutry Healthy Food, el restaurante de ella. Él era un cliente habitual y un día le pidió permiso para que su perrito, Toto, conociera a Drewpi, la perrita de Silvia. Esta solicitud inició una serie de llamadas y visitas que, con el tiempo, se transformó en una relación amorosa. Después de dos años y medio de noviazgo, decidieron mudarse juntos y planear un futuro en común.
La propuesta de matrimonio ocurrió el año pasado en Nueva York, durante el cumpleaños de Silvia. Aldo la llevó a Dumbo, un lugar especial para ella, y organizó una sesión de fotos como pretexto para sorprenderla con la propuesta. Fue un momento inesperado y perfecto, en el sitio donde la futura novia había soñado conocer al amor de su vida.
Desde que Aldo le pidió matrimonio, la preparación para el día de la boda fue un camino lleno de dedicación y espiritualidad. La pareja participó en un cursillo matrimonial y en un retiro que fortaleció su conexión y comunicación, lo que les permitió llegar al gran día con tranquilidad y firmeza.
La cita fue en la capellanía Virgen de la Asunción. La novia llegó a la iglesia en el Porsche 911 Targa que perteneció su madrina, la hermana de su papá, y que fue restaurado por su primo Fabricio Chiriani Cabello, como un emotivo homenaje a ella. Mientras caminaba hacia el altar, Silvia se sintió inundada de felicidad. Pensaba en el sueño de entrar del brazo de su papá y estaba agradecida porque todo estaba saliendo de manera perfecta, con todos sus seres queridos felices a su alrededor.
Posteriormente disfrutaron de una gran recepción en el salón Socios Veteranos de la Guerra del Chaco, del Club Centenario.
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