EL DÍA MÁS FELIZ
Luciana Agostina Ratti Fretes y Marcelo Manuel Ferreira Gubetich se conocieron en épocas de facultad y construyeron una sólida conexión que ni la circunstancial distancia ni las adversidades logró separar. Ag os fue a continuar sus estudios a Madrid, durante un año y medio, pero la relación a distancia fue solo un pequeño obstáculo a lo largo de los ocho años de noviazgo. Para la propuesta, el novio preparó una sorpresa en la terraza de Palmaroga Hotel, donde la citó con la excusa de celebrar anticipadamente el cumpleaños de ella. Así, en el marco de una romántica cena le pidió que sea su esposa y la respuesta fue un emotivo sí, quiero. Tras arduos preparativos, Agostina y Marcelo se casaron en la capilla Virgen de Fátima.
La novia se preparó en la casa de El Castillo de Remanso, donde la maquilló Nataly Villalba y la peinó Gus Robertti. Su vestido fue confeccionado por Florencia Nicora y el total look nupcial estuvo cargado de pequeños detalles de alto valor sentimental, como el dije del ramo que le obsequiaron sus mejores amigas del colegio y el rosario que llevó, el mismo que usó su abuela cuando se casó, que luego se lo heredó a su hermana, y ahora Ag os lo convirtió ya en una tradición familiar. El ramo y los solaperos fueron de Just Flowers. Ataviada y emocionada, se dirigió a su cita más importante marcada para las 15.00. El violinista Fabio Araújo anunció la llegada de la novia, que fue recibida por su padre, quien la acompañó hasta el altar. Seguros y felices de iniciar esta nueva etapa en la vida, Agostina y Marcelo reafirmaron su amor ante Dios y todos sus invitados de testigos. Al término del sacramento, los nuevos esposos compartieron una recepción en El Castillo de Remanso. Ellos entraron a la fiesta con una canción que ambos aman: Cumbiana, de Carlos Vives. Ese fue su primer baile de casados. Después de la cena comenzó la gran fiesta, animada en todo momento por el DJ Marcelo Fernández, de Majul Eventos.